Es la primera vez que escribo un artículo en Menéame, y me gustaría pulsar un poco la opinión de la gente respecto a un tema que me tiene preocupado. Es el de los niños (y jóvenes) confinados y que tienen que seguir estudiando y mandando actividades a sus profesores.
Yo tengo dos hijos, uno en 5 de Primaria y otro en 1 de la ESO. LA cantidad de deberes y actividades que les envían, sin llegar a ser ingente o inabordable, es bastante grande. Cierto es que si estuvieran en clase probablemente harían más. Pero ahí esta el quid de la cuestión: no están en clase. No sólo eso, no tienen forma de tener una interaccción grupal con el profesor/profesora excepto por Classroom, correo electrónico o similar, lo que nos lleva a retrasos en la comunicación y en ocasiones, a la ausencia de la misma. Yo tengo profesores que no han contestado a varios de mis correos, imagino que por supuesto no por desidia, sino por las dificultades de tener que recibir y procesar tal ingente (ahora sí) cantidad de información.
Lo que me lleva al siguiente punto. En estos días son los padres los que nos estamos encargando de hacer de profesores. Somos los que tenemos que verificar, día a día, las actividades impuestas, chequear que las completen, corregirlas, ayudar cuando no puedan o sepan seguir adelante, y finalmente enviarlas. Todo ello, sumado a los teletrabajos (o directamente trabajos si se trata de actividades donde se pueda trabajar) y al propio estrés de llevar encerrados un mes en nuestras casas. Y eso en el mejor de los casos: en el que los padres podemos ayudar a nuestros hijos con las materias, cosa que es mucho suponer, porque habrá padres que no controlen matemáticas, o lengua, o ciencias naturales, por poner varios ejemplos. También habrá padres sin ordenador en casa, sometidos al uso del móvil para poder estar al día. O directamente, a tener que aprender el uso de utilidades como el mencionado Classroom que no siempre es sencillo. Esto está provocando un retraso en el estudio de dichas tareas o como leí ayer, que se estima que un 10% del alumnado ha quedado desconectado del curso totalmente, incapaz de seguir el ritmo digital impuesto.
Además, ayer recibí la confirmación (pongo esto como referencia, el colegio/instituto de mis hijos están en Málaga, luego dependemos de la Consejería de Educación Andaluza) de que en este tercer trimestre se van a seguir avanzando contenidos. Aquí es donde quisiera yo conocer vuestra opinión: lo veis lógico o razonable? Porque yo francamente no.
Quedan dos meses para el final del curso, algo menos si tenemos en cuenta que sobre el 14-15 de junio ya se hacen las evaluaciones y por lo tanto los exámenes y trabajos se han hecho y entregado anteriormente. ¿Merece la pena seguir forzando la máquina, obligando a padres a un sobreesfuerzo, y dejando aún más atrás a aquellos chicos y chicas que no pueden seguir el ritmo? ¿No sería más lógico, tal y como se ha hecho en Italia y se está planteando en Francia, acabar el curso ya, haciendo quizás las medias en las asignaturas por encima del aprobado, y aprobando aquellas que están suspensas? ¿No podría empezarse el siguiente curso el 1 de Septiembre y utilizar el primer mes o mes y medio para terminar de impartir las materias de este curso anterior? Lógicamente habría que contemplar las excepciones - por ejemplo cómo gestionar 2º de Bachillerato y la antigua Selectividad - pero yo pienso que para Primaria y al menos la ESO, continuar estos dos meses trabajando de esta forma es un error.
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