Cuando se comienza a participar en una guerra, todo el mundo cree que la estrategía de salida es ganarla y con eso basta, pero lo cierto es que el tema tiene muchas aristas que casi nunca se abordan.
En la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, se eligió una salida negociada en la que una de las partes aceptaba unas condiciones draconianas, pero mantenía una maltrecha integridad territorial y mantenía una menguada soberanía, sin que tropas extranjeras ocupasen su territorio, con algunas salvedades menores.
La idea, como sabemos, no se demostró muy brillante porque, veinte años después, los vencidos fueron capaces de organizar una guerra al menos tan grande como la anterior, poniendo contra las cuerdas a medio mundo. La salida a esa guerra fue el desmembramiento del país y su ocupación por los vencedores, aunque luego se considerase más interesante devolverle su soberanía. A menudo se dice, y yo opino que con razón, que fue la Unión Soviética quien derrotó a la Alemania nazi, pero también fue la existencia de la Unión Soviética lo que permitió a Alemania recuperarse en menos de diez años para volver a ser la primera potebncia industrial de Europa. Sin la Unión Soviética, y el temor que provocaba en Occidente, la salida a esa guerra hubiese sido el aplastamiento y desindustrialización definitivos de Alemania, convertida en un estado desmilitarizado y agrícola.
A partir de ese punto, Occidente ha demostrado que no tiene una estrategia clara de salida para las guerras en las que combate, y eso está resultando absolutamente catastrófico. La última vez que algo grande salió medio bien fue en la guerra de Corea. Se consiguieron unas tablas en lo militar, se invirtieron cantidades descomunales en Corea del Sur y ese país experimentó un tremendo desarrollo y sigue perteneciendo a la esfera económica y política occidental.
Luego vino Vietnam, donde se intentó más o menos lo mismo, con resultados desastrosos, especialmente en lo militar.
A menor escala, tenemos las diversas guerras israelíes contra su vecino. Su estrategia de salida era vencer, ocupar territorios y ganar un colchón de seguridad. Les salió aceptablemente bien.
¿Y después? ¿Cual ha sido la estrategia de salida de Occidente?
Libia, un desastre absoluto. Se derroca a Gadafi pero no se consolida el dominio sobre el territorio, ni sobre los recursos, ni sobre nada. El país se convierte en un avispero gobernado por un puñado de señores de la guerra y en un hervidero social. Catástrofe. ¿Qué estrategia de salida había ahí? Ninguna. Ni siquiera convertir al país en un satélite o en una colonia. Nada.
¿Irak? ¿Afganistan? Las estrategias de salida fueron tres: por tierra, por mar y por aire. O sea, huir. Te gastas una fortuna, matas a decenas de miles de personas, conquistas el país y no eres capaz, ni de lejos, de estabilizarlo y mantener su control, así sea para explotarlo. Te han costado mucho más de lo que sacaste, no pertenecen a tu bloque y desde luego no simpatizan una mierda contigo. En el caso de Afganistán la burla llegó a ser sangrante: la operación para conquistar el país costó mucho más que su PIB, con lo que hubiese sido mucho más rentable alquilarlo que conquistarlo. Un verdadero despropósito.
¿Y cuál es la estrategia de salida que se plantea a las dos guerras que ahora padecemos? Porque algún día habrá que acabar con esas guerras.
Ucrania. ¿Cómo planea Occidente poner fin a esa guerra ahora? ¿Convenciendo a los rusos de que dejen de invadir el país? Cojonudo. Las sanciones no han funcionado. Vencer a Rusia en el campo de batalla no parece muy factible sin mandar tropas sobre el terreno. ¿Qué han pensado entonces nuestros geniales dirigentes para poner fin a esa guerra? ¿Meternos has el cuello en la guerra? ¿Organizar una barbacoa nuclear que nos incinere a todos? ¿Rendirse un poco más tarde en vez de un poco más pronto? ¿Ganar tiempo a ver si sucede algún milagro que nos permita salvar la cara y de paso también el culo? ¿Qué estrategia de salida hay? Me temo que ninguna.
Gaza. ¿Y qué están pensando aquí los israelíes? Cuando mataron a los 10.000 primeros palestinos, hubo mucha gente que miró para otro lado. Cuando van ya por los 35.000, empiezan a llegar las facturas en forma de países y personajes díscolos que no aceptan semejante atrocidad. Pero el caso es que allí viven dos millones y medio de palestinos y las fuerzas israelíes están causando destrozos de tal magnitud que muy posiblemente la franja sea inhabitable. ¿Qué considera Israel una victoria que permita poner fin a la guerra? ¿Matar a dos millones y medio de personas? ¿Hacerlas morir de hambre, sed y enfermedades? ¿Convertirlas en refugiados y enviarlas con un lazo a otros países como regalo? ¿Qué estrategia de salida tiene el gobierno de Netanyahu? Pues también me temo que ninguna. Que van allí a destruirlo todo, pero no han pensado nada aún para el día después.
Y así es como se pierden una veces las guerras y se pierde otras veces la paz.
Así es como nos vamos a tomar por saco.