La especulación con entradas de conciertos

Acabo de leer un artículo de Xataka que ha llegado a portada de Menéame y que trata sobre la reventa de entradas de conciertos:

www.xataka.com/empresas-y-economia/reventa-entradas-internet-nuevo-dol

Enlace a la portada: www.meneame.net/story/reventa-entradas-internet-dolor-cabeza-artistas-

Pensaba dejar un comentario en esa entrada, pero esto da para un artículo, así que allá va.

De entrada, Xataka es conocida por haber metido la pata más de una vez al hablar de lo que no tienen ni puta idea como si fueran expertos en la materia. Aquí un ejemplo. Y en este artículo lo vuelven a hacer, haciéndose eco de un mito muy extendido: lo de la especulación con entradas de concierto. En otras palabras, gente o incluso asociaciones que compran entradas únicamente para venderlas más caras y quedarse la diferencia.

Antes de nada comentar que llevo acudiendo a festivales y conciertos desde que tenía quince años, y que desde que empecé a trabajar voy a bastantes cada año. En 2019 gasté 670€ en entradas (únicamente las entradas, sin contar desplazamiento, bebida o alojamiento) para un total de 17 eventos de este tipo, por poner un ejemplo. Aparte tengo amigos tocando en grupos de música, trabajando en organización de festivales y conciertos, etc.

Obviamente cuando asistes a tantos conciertos, terminas teniendo que revender entradas en más de una ocasión, y para hacerlo miras el precio que tienen las que ya están a la venta. Con esto quiero decir que sé de lo que hablo, a diferencia del artículo, que contiene falsedades como éstas:

La nueva pesadilla de los artistas es la reventa de entradas. Algunos cantantes y grupos de música ven como sus entradas se agotan rápidamente, pero luego resulta que no es que se hayan vendido todas. Hay toda una economía alrededor de páginas como Viagogo o StubHub, que las compran en masa y luego las intentan revender a mayor precio. Es un problema para los artistas

En estos grupos tan populares es habitual que las entradas se agoten, lo que permite revenderlas a un precio mayor que el original. Ahí hay todo un filón. Cuando las entradas se venden a un precio inferior no hay problema, pero cuando se intenta hacer negocio sí. El caso es que las mismas plataformas que permiten acceder a entradas más baratas también facilitan la reventa a precios más altos, lo que dificulta su regulación.

Para empezar, es falso que esto suponga un problema para los artistas. Ellos cobran una cantidad concreta por actuación, negociada con los promotores de cada evento e independiente a la cantidad de personas que asistan finalmente al mismo. Son los promotores los que tienen que evaluar cuánto público esperan reunir y ponerle el precio a las entradas de acuerdo con ésto y con lo que le tengan que pagar a los artistas (y otros factores). El grupo va a cobrar lo mismo tanto si no se revende ni una sola entrada como si las hay a puñados en Viagogo a precios desorbitados.

Pero es que esto tampoco está pasando, y de hecho es la mayor mentira del artículo. No hay una red de especulación con entradas para eventos musicales, porque casi nunca sale rentable. La mayoría de las entradas de la reventa se terminan vendiendo por debajo del precio original. Casos como el de Rosalía o Metallica que exponen en el artículo enlazado son la excepción, no la norma, y en el caso de Metallica explican que los propios artistas acordaron con TicketMaster derivar una cantidad de entradas directamente a la reventa (ellos sabrán por qué).

Cualquiera que haya tenido que comprar o vender entradas de este tipo lo ha podido ver: La reventa normalmente está llena en su mayoría de compradores legítimos que finalmente no van a poder asistir al evento, y las venden por el precio que les costó o incluso algo menos, para que les compren la entrada a ellos y no a otros vendedores (hay más competencia de la que parece). Plataformas como TicketSwap, que ordenan por defecto las entradas de más barata a más cara, favorecen también esta competencia.

Salvo que haya algo organizado intencionadamente y fuera de lo normal, como los casos excepcionales que comento anteriormente, los especuladores van a ser minoría. Y conforme se acerque la fecha del evento se van a encontrar con que no consiguen venderlas ni siquiera al precio original, porque hay muchas entradas más baratas en la reventa, sobre todo si el evento no ha hecho Sold Out (vendido todas las entradas), ya que los compradores pueden simplemente comprar una entrada sin el riesgo de recurrir a la reventa.

El riesgo de la reventa merece ser comentado. Desde que las entradas son digitales y lo que cuenta es el código de barras, todos los eventos permiten pasar únicamente a la primera copia de cada entrada que se presente, para evitar que con una misma entrada puedan pasar diez amigos. Si alguien tiene la misma entrada que tú y pasa antes que tú, a ti ya no te dejan pasar y no puedes hacer nada. Conozco a una persona que fue gratis a un festival porque se encontró una entrada en la carpeta de Descargas de un ordenador de la universidad en la que estudiaba. A su legítimo propietario seguramente no le permitieron el paso.

Esto facilita toda clase de estafas por parte del vendedor, que podría vender la misma entrada varias veces y sólo podría entrar el primer comprador que acuda al evento. O podría vender la entrada una sola vez y luego acudir al evento con una copia y pasar el primero. Es cierto que estos casos son minoría, porque luego el vendedor es fácil de rastrear y supongo que se le podrá denunciar, pero el concierto ya te lo han jodido. Es por esto que mucha gente sólo compra entradas en la reventa cuando su precio es muy bajo y/o cuando ya se han agotado todas y no hay otra forma de comprarlas. Los organizadores del Resurrection Fest dicen que todos los años hay alguien que se queda en la puerta por ir al festival con una entrada de la reventa.

El Resurrection Fest es un ejemplo de hasta qué punto este año 2022 ha sido una locura de precios disparatadamente bajos en la reventa. Las entradas más baratas para el festival costaban si no recuerdo mal 115€ (era una tirada limitadísima), las más caras ya costaron en torno a 205€. La mayoría de la gente compró las suyas por entre 140 y 170€. En TicketSwap este año la misma semana del festival podían verse cientos de entradas a precios que oscilaban entre los 30€ y los 80€. Obviamente se vendieron las más baratas antes (esto también puede verse en esa plataforma) y probablemente más de uno de los vendedores que no quisieron bajar tanto el precio terminaron sin vender su entrada.

Probablemente las medidas que algunos eventos toman contra la reventa tienen más que ver con ahorrarse los problemas de las estafas (en forma de gente liándola en la entrada y exigiendo una solución, o posibles demandas posteriores), que con evitar una especulación que, cuando se produce, es la excepción y no la norma. A los eventos, si no fuera por estas estafas, les convendría más que haya reventa para que quien no pueda asistir pueda ser sustituido por otro que sí acuda. Los que no asisten no consumen en barra.

Los de Rammstein tendrán sus motivos (que pueden diferir de los que ellos afirman públicamente que son, estamos hablando de gente que mueve mucho dinero y hay muchos intereses de por medio en todas las partes implicadas) para perseguir a las plataformas de reventa. Por mi experiencia estoy convencido de que luchar contra la especulación no es uno de ellos. Podrán alegar que no es lo mismo que con otros eventos porque sus entradas se agotan en cuestión de horas, pero sucede lo mismo con festivales como el ya mencionado Resurrection Fest.

Desde mi punto de vista, poner nominativas las entradas no es una solución, pero ese es otro debate. Lo que pretendo con este artículo es desmontar un poco ese mito tan extendido sobre la especulación con entradas de concierto, que parece que consigue colarse incluso en webs generalistas, y que no deja de ser (salvo excepciones muy puntuales) casi casi un bulo más.

Y si no os lo creéis, haced la prueba: Buscad un concierto o festival popular, sacad una entrada e intentad venderla un 20% más cara. Y me contáis el resultado.