La competición estuvo muy disputada entre Barbara Pravi, por Francia, y Palomo Spain, por España. El polifacético modista no sólo ha vestido a Madonna, Beyoncé y Ladi Di, si no que también ha demostrado sus dotes para el canto con una bella melodía para castrati.
Algunos países intentaron colárnosla, como el caso de Chipre, que mandó al concurso a Dua Lipa cantando una canción de Lady Gaga (fijaos en el estribillo), recurriendo al juego sucio para ganar, e incluso invocando al diablo.
Azerbaiyán no iba a ser menos, y mandó también de tapadillo a Ariana Grande acompañada por un grupo de chicas con lencería de AliExpress.
Peor fue lo de Israel, que mandó al concurso a una presa palestina desnutrida, que apenas tenía fuerza para moverse en el escenario dando grititos desesperados y pidiendo que la pusieran en libertad, "Set me free".
La única actuación que obtuvo cero puntos fue la de Reino unido, donde un gordito con pinta de borrachín nos contó que Europa tiene muy quemado a Reino unido tras el BREXIT (de ahí el tema "Embers"). Así que prácticamente no sólo han decidido irse de la Unión Europea, si no también de Eurovisión.
Finalmente los italianos se hicieron con el podio, con un tema que nos cuenta una pelea de una pareja gay, con un pegadizo estribillo "Si te vas de mi casa, no me llames, Manolo".