El truñaco de Nacho Cano "sin ánimo de lucro" fue patrocinado por Pescanova. No me extraña que RTVE se negase a emitirlo. El Ayuntamiento de Madrid lo vendió como un acto puramente ¿"solidario"?
Más allá de que formase parte de una campaña y de que no lo intentasen colar como algo que no era, si algo necesita ya este país, por encima incluso de una vacuna, es dejar atrás la nostalgia. Estamos cansados de lo mismo. Del "Resistiré", de las reposiciones en bucle de un pasado gris y casposo, de vacas sagradas que se aferran a sus posiciones de poder, de caraduras que llevan décadas viviendo de un buen disco o una buena película. De humoristas que llevan siglos en prime time. De KissFM y la Movida madrileña eterna.
Todos esos artistas, periodistas, intelectuales muchos de los cuales surgieron como forma de ruptura frente a un franquismo cultural impenetrable, se han convertido en otro muro que asfixia e impide el cambio y la oxigenación de un país que cada vez huele más a cerrado. Sus periódicos, su música, su literatura es un eterno Cachitos de la 2, los 365 días del año, pero sin puta gracia.
Uno pone la televisión y no sabe si está en el 88, en el 95 o en 2005. Las mismas caras, los mismos periodistas, los mismos músicos, las mismas canciones...
España es el eterno retorno a un lugar que tampoco fue para tanto. España es una gala continua de Jose Luis Moreno. España es una estirada infinita de un chicle de naftalina. ¿Esto es todo lo que tenemos?
Decía Loquillo, sí, ese gran experto en estirar el chicle, en una entrevista a Rockola allá por los 80, que los que solo miran al pasado nunca tendrán futuro. Tócate los huevos.
Y acabo con una reflexión: la gente lo flipa con Cachitos porque el programa, además de unos guionistas acojonantes, tira de un archivo enorme que daba espacio a grupos de todo pelaje. Más mainstream, más underground, extranjeros, de mayor y de menor calidad... ¿de qué archivo tiraremos dentro de 20 años? ¿No hay música, cultura, arte hoy para emitirla en televisión?