Mi encontronazo con la obsolescencia programada

Esta semana la obsolescencia programada me dió dos bofetadas en la cara. El mismo día, para mayor recochineo.

Primero voy a la tienda de bicicletas, a comprarme un juego de zapatas de freno. Mi bici lleva V-brakes de gama alta, así que aunque ya tienen 18 años, no hay necesidad de cambiarlos. Pido zapatas buenas, preferiblemente de marca, y me dicen que ya no existen, que todos los fabricantes se han pasado a los frenos de disco. Me toca comprar lo "mejor" que tienen (4€ un juego). Sinceramente no creo que me vayan a dar problemas, pero la diferencia con las actuales (10€ el juego hace 5 años), es muy obvia. Hablando con quien me atiende, me cuenta que les pasa con cierta frecuencia. Me dice que se han vuelto locos buscando una cubierta tubeless de 26 pulgadas, porque ahora son todas de 27'5 o 29.

Esa misma tarde me paso por un servicio oficial de Samsung. Tengo un Galaxy S3, y la batería ya está anciana. Me dicen que el modelo ya está obsoleto, y que ya no se fabrican. Que pruebe suerte en internet. Ya tenía localizado un modelo compatible, pero hubiera preferido una original. Esta vez no comento nada a quien me atiende.

En ambos casos, si fuera por los grandes fabricantes, tendría que cambiarlo todo. Bicicleta nueva (~800€) y teléfono nuevo (~500€). Afortunadamente hay otros fabricantes, más pequeños, que todavía cubren estos nichos. Así que mi bicicleta durará otros 20 años, y mi teléfono... a saber.