Donde caben dos (película), el renacer de los clubs liberales

 

Los clubs de swingers vuelven al foco del debate gracias a la película “Donde caben dos”, la nueva comedia dirigida por Paco Caballero y recientemente estrenada en Netflix. El club de intercambio de parejas es precisamente el escenario donde se enredan las tramas de los protagonistas que acuden para redescubrir su sexualidad, darle una vuelta a la relación de pareja o experimentar sus vínculos afectivos. Y hay mucho de real en esta película, que muestra el renacer de los locales de intercambio tras varios años de escasa actividad.

 

En la película, interpretada por Ernesto Alterio, Raúl Arévalo, Luis Callejo, Anna Castillo, Pilar Castro, Álvaro Cervantes, Carlos Cuevas, Verónica Echegui, Miki Esparbé, Ricardo Gómez, María León, Melina Matthews o Ana Milán entre otros, podemos ver a una pareja atrapada en la rutina, un joven desengañado de su última relación amorosa, una novia arrepentida, dos primos sometidos a una tensión sexual irreprimible y dos parejas, amigos de toda la vida, con ganas de experimentar…

 

Durante una noche, todos ellos afrontarán situaciones que les llevarán a replantearse sus relaciones, sus sentimientos y sus miedos más ocultos.

 

Los swingers, que es como se denomina a las parejas que practican el intercambio, desafían la misma base sobre la que se asienta el concepto tradicional de pareja y que lleva aparejada la fidelidad como requisito para que esa relación funcione. Los swingers (y la película) cuestionan que el modelo convencional sea el único aceptable para una relación satisfactoria.

 

Sin duda otro de los protagonistas de la película es el propio club, el Paradiso, que dirige con puño de hierro en guante de seda el personaje interpretado por Ana Milán. En Madrid hay unos doce clubes swinger, que viven su particular 'boom' gracias en parte al amplio porcentaje de población vacunada. En Barcelona hay unos diez, entre los que se pueden encontrar gran variedad de ambientes y espacios, desde locales con una única planta a edificios completos con piscina incluida.

 

Uno de esos clubes de la ciudad condal es el Disco Swinger Club 6&9. Aseguran que a raíz del estreno de “Donde caben dos” se ha notado un incremento de los curiosos que deciden llamar para informarse o mirar por Internet. La clientela más habitual obviamente son las parejas, principalmente de edades comprendidas entre los 35 y los 50 años.

La mayoría de esas parejas son clientes habituales que suelen disfrutar del intercambio una vez al mes, aunque también hay primerizos que acuden al local para tomarse una copa y explorar el territorio antes de lanzarse. El segundo tipo de cliente más común son los hombres y en tercer lugar, mucho más minoritario, las mujeres.

 

Otro de los perfiles que se puede encontrar en los clubs swingers es el de las escorts profesionales. Según la encuesta publicada por SexoMercadoBCN, la web de contactos de pago, un 41,43% de las escorts encuestadas asegura que alguna vez han visitado un club swinger como servicio sexual bajo pago, mientras que un 58,57% afirma que nunca han realizado este tipo de servicio.

 

A nivel privado, un 64,29% de las encuestadas reconoce haber acudido a este tipo de clubs, aunque más de la mitad de ellas (55,71%) no llegaron a realizar un intercambio de pareja.

 

Otro de los datos curiosos que arroja la encuesta realizada por SexoMercadoBCN entre un centenar de escorts es que un 55,71% de las chicas que han acudido a un club swinger han tenido la impresión de que existía una importante diferencia de edad o de físico entre las parejas que se encontraban allí.

 

Aunque no hay datos sobre los usuarios totales de este tipo de servicios, lo que sí sabemos es que la experiencia no siempre resulta satisfactoria para los participantes: más del 57% de las mujeres swinger en España ha sentido celos durante un intercambio de pareja, un porcentaje solo superado por las suecas, según un estudio realizado entre más de 900 usuarias de Victoria Milan. Además, el 33,3% de las españolas admite que su pareja y el otro swinger tuvieron una pelea durante el intercambio sexual. Apenas un 16,7% asegura que su intercambio de pareja fue ‘perfecto’.

 

No todos tienen la capacidad de dejar sus sentimientos de lado para disfrutar de forma plena de una experiencia sexual meramente física. Muchos psicólogos afirman que los celos son una respuesta natural ante la amenaza de perder una relación personal.

 

Tampoco podemos olvidar que nuestra tradición cultural ha aceptado durante siglos la firme creencia de que los celos son síntoma de amor. El sentimiento de posesión sobre los seres queridos es todavía muy habitual y choca frontalmente con los swingers, que consideran una conducta celosa como un síntoma de inseguridad o baja autoestima.

 

Desde su perspectiva, el amor verdadero reside en la confianza y en la libertad de disfrutar del sexo fuera de la pareja. El debate está servido