Desventaja descarada

Había una vez una pequeña empresa llamada "Construcciones y Proyectos Innovadores" (CPI) que se presentó a la licitación de una importante obra pública en la ciudad. CPI ofreció la mejor oferta económica, lo que sorprendió a los demás participantes en la licitación, quienes esperaban que la obra fuera adjudicada a una de las grandes empresas del sector.

Sin embargo, para sorpresa de CPI, el órgano de contratación evaluó de manera parcial y tendenciosa la oferta técnica de la empresa, y adjudicó la obra a una de las grandes empresas del sector, con contactos en las altas esferas.

CPI no se dio por vencida y tramitó un recurso ante un tribunal administrativo, que finalmente le dio la razón y ordenó anular todo el proceso de contratación. El órgano de contratación tuvo que empezar de nuevo la licitación, esta vez con la esperanza de que la evaluación fuera más justa y ecuánime.

CPI estaba convencida de que, dado el precedente anterior, el órgano de contratación sería más cuidadoso y justo en la evaluación de las ofertas. Pero, para su sorpresa, lo que sucedió fue lo contrario.

El órgano de contratación valoró muy negativamente la oferta técnica de CPI, probablemente en "venganza" por el recurso anterior. CPI se sintió impotente ante esta situación y no pudo hacer nada más que aceptar la decisión.

A pesar de todo, CPI no perdió la esperanza y siguió luchando por sus proyectos, confiando en que algún día se haría justicia y serían valorados por sus verdaderas capacidades y no por su tamaño o contactos en las altas esferas.

(ficción)