Se han publicado y publicarán muchos titulares sobre las elecciones de este domingo, se ha señalado la gran derrota sufrida por Ciudadanos, la caída de escaños de Podemos, la amarga victoria del PSOE al perder escaños y un gran número de votos en el intento fallido de Sánchez de conseguir en las urnas lo que fue incapaz de conseguir mediante acuerdos en el parlamento. Pero para mí el gran derrotado de estas segundas elecciones es el bipartidismo.
Sánchez y su estrellado asesor Iván Redondo seguramente pronosticaron, cuando decidieron llevar a España nuevamente a las urnas, que el hartazgo de la sociedad supondría un refuerzo para el PSOE y el PP, al fin y al cabo se trataba de demostrar que España era ingobernable con tantos partidos, que hacía falta un PSOE fuerte y, en consecuencia, un PP fuerte para que el sin sentido de elecciones tras elecciones de los últimos años se acabase. Que solo volviendo al sistema bipartidista, España volvería a ser gobernable.
En Europa no es nada raro los gobiernos de coalición de dos, tres, cuatro y hasta cinco partidos, sucede en Noruega, Suecia o Dinamarca países a los que nadie se le puede ocurrir tachar de ingobernables. En esos mismos países algunos de esos gobiernos incluso están en minoría, algo que el PSOE en España siempre ha puesto como excusa para no gobernar con Podemos, que juntos no suman mayoría absoluta. Al final todas estas excusas no eran más que un deseo del bipartidismo de recuperar la hegemonía perdida, aquellos añorados años donde PSOE y PP se alternaban sin oposición el gobierno de España.
Pero España no está en esas y la realidad del voto demuestra que por mucho hartazgo que alla, por muchas elecciones a las que nos lleven, los españoles no desean volver al bipartidismo. Ayer lo volvieron a manifestar de forma clara y directa:
- el PSOE a pesar de la caída de escaños de Podemos y Ciudadanos no solo no capto nada de dicho voto perdido sino que encima perdió bastante del respaldo conseguido el 28A, perdiendo 3 escaños y algo más de 700.000 votantes.
- el PP pese al descalabro electoral de Ciudadanos, con una pérdida de votos de casi 3 millones de electores, sólo es capaz de recuperar 700.000 votantes que, gracias al sistema de circunscripciones se traduce en 22 escaños.
No sólo es un fracaso claro del bipartidismo, es que elección tras elección el parlamento se fragmenta aún más con hasta 9 partidos con derecho a grupo propio - los que obtienen más de cinco escaños, cuando en el 2011 - las últimas elecciones ganadas por el bipartidismo - fueron 7 partidos los que superaron la barrera de los cinco escaños.
Es más con el panorama electoral actual se ve imposible que PP o PSOE sean capaces de gobernar en los próximos años sin necesitar el apoyo de 2 o tres partidos en el mejor de los casos. Y es que los españoles ya han dejado bastante claro que los tiempos de gobiernos monocolor, de mayorías absolutas y de alternancia PP, PSOE se acabaron. La cuestión es: ¿aceptará de una vez su derrota el bipartidismo o volverán a intentar provocar el hartazgo de la población repitiendo elecciones para conseguir lo que son incapaces de lograr en las urnas? Lo veremos en los próximos meses...