Demócrata, por primera vez tus derechos están en peligro

Importante. Si vas a votar al tripartito pasa de leer este artículo.

Si realmente eres demócrata mañana tienes una oportunidad única de demostrarlo. Paseate hacia el colegio electoral que el estado autonómico te ha asignado y ejerce tu derecho al voto con un acto sencillo: deposita tu voto debidamente cumplimentado, (no seas mastuerzo y te equivoques con las cruces de la papeleta del Senado), en la urna de la mesa electoral.

Recuerda, es un derecho y crees que siempre lo tendrás, pero cada vez más ese y otros derechos, que érroneamente das por sentados, hay que reivindicarlos.

Hay demasiado hijo de puta, canalla y colaboracionistas de aquellos, que están deseando, renominarlos, reconstruirlos, acotarlos, restringirlos, cercenarlos y, en última instancia, pisotearlos.

Sus intereses no son los tuyos y necesitan, necesariamente, por su manera de vida cambiar los tuyos, puesto que son incompatibles con los que crees tener.

Van a hacer todo lo posible para aturullarte, abatirte, alterarte, confundirte, ofuscarte y, por supuesto, lo más importante para ellos, desanimarte, para que creas, en esa espesa neblina de confusión en la que se convertirán tus pensamientos el domingo por la mañana, que tu voto es irrelevante, o que no merece la pena, o lo que es peor, que deberás votar plácidamente a los zorros que desean devorarte, siendo tú la tierna gallina que desean zamparse.

Los votantes conservadores lo tienen «clarinete». Ya deberías saberlo. Ellos simplemente fichan.

Fichan porque en esos medios que le inoculan su diaria dosis de veneno les han dicho que esa oblea que, al parecer, es España, se parte; que los antipatriotas y okupas ilegítimos que han perpetrado un «golpe de estado institucional» se plegarán a los deseos de los separatistas; que el efecto llamada de la política buenista con la inmigración llenará de moros, negros y terroristas ese país que amas; que las procesiones, los toros y nuestros signos de identidad serán eliminados; que un coletario advenedizo en política se ha comprado un pedazo de casoplón con el pastizal que se endilga cuando decía que viviría todo su vida en su barrio y que solo pensaría en la clase obrera; y lo más terrible, que esos «piojosos podemitas», esos comunistas disfrazados con piel de cordero, harán lo peor de lo peor, asaltarán sus bolsillos mediante una fiscalidad creativa fundamentada en demagógicas perroflauteces populistas.

El domingo por la mañana serán como zombis que desfilan en procesión hacia las urnas una vez concluidos los oficios y tú, sin embargo, la mayoría de las veces ni te planteas votar. ¿Y eso por qué? Porque eres, o te crees, tan digno que no te sientes representado por esa caterva acanallada de políticos mediocres que hablan de cambiar el mundo a mejor, pero que solo se acuerdan de ti los días previos a las elecciones.

Hermano, colega, compañero, deberías ser menos ingenuo. Esos políticos que buscas no existen pero aún te emperras en buscarlos. Por eso tienes que ser tan práctico como el votante de derechas y elegir el mal menor.

¿Por qué crees que tantas corporaciones, empresas y poderosos están dispuestos a «malgastar» un tsunami de millones de euros en mantener medios de propaganda sediciosa comunicación que de no recibir jugosas subvenciones no aguantarían ni tres meses?

Si tu voto fuera tan irrelevante, ¿por qué te crees que los medios conservadores estarán dispuestos, una vez más, a saltarse el día de reflexión haciendo todo tipo de triquiñuelas, que se moverán en la difusa ambigüedad legal, para movilizar a sus sesgados votantes? (Es más me he decidido a escribir estas líneas, pasándome por el forro de los huevos la jornada de reflexión, porque veo que esto no para ni en este portal y yo no soy de los que pone la otra mejilla. O follamos todos o la puta al río).

Joder, por una vez, si eres progresista, ponte la pinza en la nariz si crees experimentar el desagradable tufillo de hedor a podrido de ese partido que dice ser de izquierdas cuando en realidad hace poco por mostrarlo, que se denomina a sí mismo como Partido Socialista Obrero Español, y vótalo, o bien, y es lo que te recomiendo, para que ese PSOE sienta el aliento de los que quieren hacer una verdadera política de izquierdas y la haga de una maldita vez, dale una oportunidad a la formación morada y sus confluencias, aunque seas moderado y esa cueva mediática te inquiete argumentando que, en realidad son comunistas dispuestos a entrar a sangre y fuego en tu bolsillo, pero ni se te ocurra quedarte en casa, que luego vienen las sorpresitas y te preguntarás: «¿cómo es posible que VOX haya obtenido 60 diputados?»..,

...pues entre otras cosas, capullo, porque tú te quedaste en casa.