La culebra no se calla: ayuda, movilización y dimisión

Como probablemente sepas, han ardido cerca de 30.000 hectáreas en la Sierra de la Culebra, Zamora.

Me he decidido a escribir otro artículo como continuación del que tocó portada ayer (409 meneos, 1400 clicks) después de asistir a la concentración que también tuvo lugar ayer en Zamora.

Hablaré de tres asuntos: ayuda, movilización y dimisión.

Ayuda

Seis meses después del gran incendio de 2021 en Ávila, el alcalde de Navalacruz denunciaba que no había llegado ninguna ayuda. Que todavía tenían que emplear sus propios recursos.

Mucho me temo que la Sierra de la Culebra pasará por la misma situación. Una vez apagado el fuego, todo se enfría y es más difícil hacer presión para que las ayudas lleguen.

Ayer llegó a portada un post incalificable (211 meneos, 2600 clicks) centrando la atención en la cantidad de colectivos que quieren "arrimar el ascua a su sardina".

Muy buena elección de palabras para el mayor incendio del siglo XXI y un gran truco para darle la vuelta a la situación: no hay afectados sino interesados.

Aún está caliente la Sierra de la Culebra, pero no perdamos la oportunidad de hackear los hechos para señalar a otros y contar "la verdad que sólo yo tengo"... absolutamente deleznable.

Pido de nuevo vuestra ayuda.

No soy fan de change.org, pero creo que ayudará a que esto no caiga en el olvido.

Movilización

Más de 30 asociaciones y colectivos se coordinaron para la concentración que tuvo lugar ayer en Zamora.

Un ejemplo de movilización pero también del esfuerzo que supone para la zona rural hacerse notar.

No hay lobbies, partidos políticos, empresas o famosos aquí. Sólo pequeñas asociaciones sobre el terreno, sin medios ni palancas para llegar prácticamente a nada o nadie.

Tampoco veréis a nadie frotándose las manos por las subvenciones que van a recibir, por cierto.

Diría que sólo vi ciudadanos indignados, aunque ese calificativo ya no tenga el significado y la fuerza de antes.

Dimisión

La relación de hechos que reuní en mi anterior artículo es más que suficiente para que Juan Carlos Suárez-Quiñones se vaya a su casa.

Cada vez que un responsable político no paga por sus errores estamos reforzando un genotipo político: el que se agarra a su cargo y le enseña a los demás que ese es el camino.

Un negligente reincidente con más de 60000 hectáreas ardidas a sus espaldas, sólo con Navalacruz y la Sierra de la Culebra tiene que irse a su casa.

Por eso ayer me gasté unos euros en montar una web y el change.org, porque me toca soberanamente los cojones que alguien responsable de algo sea un absoluto irresponsable.

Insistiré con esto tanto como pueda.

suarez-quiñones-dimision.org/