El congreso a Zaragoza... ¡y el senado a Sevilla!

Enero 1992: El ahora omnipresente Enric Juliana entrevista a Pasqual Maragall en uno de sus primeros encargos para la Vanguardia. Durante la entrevista Juliana le lanza una propuesta que Pasqual agarra al vuelo y hace enseguida suya: trasladar el senado a Barcelona podría ser un paso hacia la España Federal que el PSC defiende. Pasqual la hace suya y dice que es una buena idea siempre que no se plantee desde el punto de vista reinvindicativo (quizá conocedor de como somos los catalanes capaces de reinvindicar en Madrid hasta el origen del Pan con tomate), debe articularse alrededor de apoyos, sin caer en la reinvindicación unilateral de unos contra otros. Hélas, esa propuesta quedó como tantas otras cosas en nada, en un simple pourparler.

Podemos especular sobre los motivos que han hecho que propuestas como ésa hayan quedado en nada: el que se me antoja como principal escollo es que no haya habido el necesario apoyo en el resto de España: en el caso del traslado del senado de Madrid a BCN los capitalinos no iban a estar a favor de un traslado que les haría perder algo de peso (político). Y de la misma forma el resto de España no iba a estar a favor de una medida que favorecía a los catalanes, dejando de lado al resto de ciudades españolas. Aragoneses, gallegos, andaluces, extremelos o murcianos son increíblemente sensibles a medidas que puedan favorecer a los catalanes, mientras que son insensibles a las que puedan favorecer a Madrid. Trasladar el senado a Barcelona entraría pues en la categoría de medidas que generan 'ampollas' en el resto del estado y que son completamente inviables, pues ni tienen apoyos fuera de Catalunya ni son apoyadas por la capital.

Sin embargo es interesante ver como, años después de dicha propuesta, el poder de Madrid se ha ido incrementando cada año más y más. Si vemos la evolución del PIB de varias c.c.a.a. comparadas con la de Madrid el resultado es tremendo:

(de datosmacro.expansion.com/ccaa/comparar/madrid/aragon?sector=PIB+anual+)

¿Está el problema en Catalunya, una de las pocas c.c.a.a. que resiste el envite? Evidentemente no, pero seguro que a más de un político en Madrid leva bien señalar a los catalanes como los culpables de todos los males mientras Galicia, Andalucía o Aragón se empobrecen poco a poco. Entonces, ¿porqué los políticos locales gallegos, extremeños o aragoneses le siguen el juego a a ciudad mesetaria y no se resisten al fagocitamiento que están sufriendo sus comunidades autónomas? Una teoría que parece tener más sentido es que los políticos gallegos, riojanos o murcianos sólo piensan en ascender dentro de los partidos (que son estatales) para poder ser ministros o secretarios del estado en Madrid. En cambio los políticos catalanes se pueden arriesgar a pedir y quejarse en Madrid, ya que no tienen un plan de carrera que pase porqué un buen día alguien de Madrid (que bien pudiera ser aquel al que tuvo que apretar para conseguir algo para su tierra) deba 'ascenderlos' . Su plan de carrera empieza y acaba en Barcelona, no hay miedo a 'caer mal' en Madrid a alguien que luego pueda ser tu jefe. Pintan bastos si es así para cualquier plan que quiera reequilibrar el poder de Madrid, pero entonces, ¿cómo frenar ese empobrecimiento general de la España que no madrileña ni catalana ni vasca?

Asumamos pues que por ahora no podemos proponer medidas para descentralizar el estado que pasen por poner el senado, o lo que sea, en Barcelona. Pero... ¿Y si lo que proponemos es descentralizar, pero no hacia Catalunya?¿Y si movemos el parlamento a Zaragoza, y el senado a Sevilla? Entonces, tendríamos resistencia por parte del resto del estado? Zaragoza, ¡capital de España! Hemos tenido más de 400 años la capital de España en una ciudad de lo que era el reino de Castilla. ¿No toca ya que esté en una ciudad del Reino de Aragón? Sevilla, ¡ciudad que albergará el senado! Qué mejor manera de redistribuir la riqueza que poner una institución como el senado en Sevilla. Así, teniendo todo el poder legislativo ubicado en el sur y este de la península descentralizamos el país. Y de paso aprovechamos la red AVE, ya que nos situamos a menos de dos horas y media del poder ejecutivo, que seguiría estando en Madrid.

Respecto a los catalanes... No sería una medida que celebrasen con grandes fastos, seguro que no, dado que muchos la verían (dado el gran distanciamiento emocional que tienen muchos catalanes con la política española) como una medida ajena. Pero una España descentralizada, acaso no sería mucho mejor vista en Barcelona que esa España recentralista que tenemos ahora? ¿Y no ayudaría a redistribuir la riqueza en nuestro país?