(Imagen sacado de Sky News)
Primero quiero dejar bien claro que he escrito "Cataluña" y no "los independentistas catalanes" porque si no el título me quedaba demasiado largo. Que sí, que hay catalanes unionistas y los tengo en cuenta.
Llevamos todos los últimos meses viendo cómo se desarrollaba el proceso de la independencia catalana:
Cataluña declara que van a votar el 1 de Octumbre, España dice que es ilegal, Cataluña que van a votar, España que por sus cojones que no y manda a los policías, Cataluña esconde las urnas, llega el 1 de Octubre y los policías se lían a palos (en ocasiones con un uso justificado de la fuerza, y en otras muchas con actuaciones que distaban mucho de ser profesionales), la famosa declaración de los ocho segundos, y finalmente hoy la DUI,
Está clarísimo que esta DUI está condenada al fracaso. Primeramente, porque la forma en que se ha declarado no puede considerarse legítima de ninguna manera: El referendum vino tan vilipendiado por parte de las fuerzas policiales que, sencillamente, no cumple ningún requisito legal para ser tenido en cuenta. En segundo lugar, ningún país europeo va a reconocer a Cataluña (ya que ello supondría dar fuerza a otros movimientos independentistas y no interesa). Y probablemente hay otras muchas más razones que se me escapan aquí.
Pero, ¿por qué digo que Cataluña ha ganado esta batalla? Permitidme que resuma:
- Cataluña quiere referendum y se encuentra con un NO directo.
- Cataluña hace el referendum y las imágenes que vuelan son las de los antidisturbios zurrando a los votantes (hasta el punto que los Mossos han quedado como la "policía del pueblo", hay que ver...)
- El gobierno dice que van a usar el 155.
- Cataluña declara la independencia pero pide "negociar" con España a cambio de que paralicen el 155. Otra vez, un NO de narices.
- Dan fecha para aplicar el 155: 28 de Octubre.
- Cataluña declara la DUI el 27 de Octubre.
- España cesa a Puigdemont y todos sus ministros.
- Y lo que está por llegar: España toma el control legal de Cataluña.
Yo me he criado en Mallorca y jamás he sido (ni soy) independentista. Algo que he aprendido de los independentistas es que el independentismo no atiende a razones lógicas: Es un sentimiento, una sensación de pertenencia a una nación, y una sensación de desapego hacia el país unionista (España en este caso). Es la misma razón por la que alguien puede gritar con todo el orgullo del mundo "¡Yo soy español!", a pesar de todas las deficiencias de nuestor país. Porque da igual todo lo que digan en contra de tu país, es tu país y punto.
Pues da igual cuánto grite u ordenen que los independentistas están equivocados: Quieren ser independientes, y punto.
La independencia de Cataluña lleva siendo tema recurrente desde... no sé decir cuántos años, ¿un par de siglos? Pero, al menos en la parte de la historia que he vivido, el independentismo jamás tuvo tanta fuerza como ahora. De haberse hecho un referendum legal, pactado y vinculante hace años, con toda probabilidad habría salido "no" con mayoría absoluta.
Pero ahora... otro gallo canta.
Cuando la actuación del gobierno pudo haber estado justificada desde un punto de vista legal, desde un punto de vista político y diplomático ha sido una metida de pata garrafal. No solo ha dado por fin la razón a todos los catalanes que gritaban "Espanya ens oprimeix!" (España nos oprime), si no que han conseguido que muchísima más gente se una a su causa. Tengo un gran amigo en Barcelona que en un bar tipicamente español escuchó a alguien gritar "Voy a votar que no, ¡pero voy a votar por cojones!". Y por este sentimiento de querer votar, la actuación de la policía no se ha sentido como "están zurrando a los independentistas", si no como un "¡están zurrando a mi gente!". Gracias a esto, el independentismo cuenta con más fuerza que nunca. Gracias a esto, gente como yo dice "Yo no soy independentista, pero ojalá algún país reconozca a Cataluña como independiente" a causa de la nefasta gestión de la situación por parte del gobierno español.
Porque, y por más que pese, una democracia saludable debe servir para acercar posturas, no para separarlas. Una democracia saludable debe trabajar por limar asperezas, y conseguir un sentimiento de unión y pertenencia voluntaria. Cuando en las elecciones Catalanas de 2015 "Junts pel Sí!" consiguió un 39% de los votos y España (ni ningún político, pro-independencia o no, dicho sea de paso) no dio ningún paso para acercar posturas... la sentencia estaba dictada, algún movimiento independentista gordo iba a llegar. Y aquí lo tenemos, señores.
No es la primera vez que defiendo este argumento, y me voy a adelantar a la respuesta que sé que va a llegar: "¡Es que perdieron, no fueron mayoría absoluta!". A esto voy a responder: "cierto, pero esas elecciones significaron que 4 de cada 10 votantes catalanes deseaban ser independientes. Es un número demasiado elevado como para ignorarlo".
¿Y qué se hizo? Precísamente eso: ignorarlo. Ahora la bandera del independentismo que tan alegremente agitaban los políticos cuando lo requerían ha salido de control, y en vez de hacer un intento in extremis de paliar la situación, el gobierno de Rajoy la ha empeorado. El independentismo catalán no ha ganado todavía la "guerra" (entiéndase como recurso metafórico) por el independentismo, pero esta batalla le ha sido tan beneficiosa que probablemente ni ellos se lo creen. Porque, a partir de ahora, podrán decir "Espanya ens oprimeix!" con la historia dándoles la razón, por más que la ley o los medios de comunicación se esfuercen en decir lo contrario.
Y aunque lo parezca, no es una novela de Terry Pratchett...