Carta abierta a los políticos, de un futuro votante de Vox de izquierdas

Soy un hombre. En mi casa de pequeño vi como mis padres se repartían todas las tareas: mi madre cocinaba, ponía la lavadora y fregaba; mi padre fregaba los platos, tendía la ropa y pasaba la aspiradora. Ambos se turnaban para preguntarme la lección o ayudarme a hacer los deberes. Mi madre ganaba más dinero en Telefónica que mi padre en Banesto y eso nunca importó en casa.

Fui educado en el respeto a los demás, sin importar su raza, sexo o nacionalidad. Fui educado en que los conflictos se resuelven hablando, y en que cuando los argumentos te sobrepasen, te sientas impotente, te veas acorralado y sientas ira, es mejor darte la vuelta e irte que recurrir a la violencia física. No se pega. A nadie, ni hombre ni mujer. Y mi educación ha sido mi mantra a lo largo de mi vida: Hakuna Matata.

Pero en los últimos años parece que todo esto da igual. En los últimos años parece que por el mero hecho de haber nacido con pene ya no puedo tener voz en discusiones sobre feminismo. Parece que por defecto soy un agresor y un violador. Parece que soy un opresor. Y lo peor de todo no es esto, es que este discurso feminista radical ha calado en nuestros políticos (Podemos, PSOE, PP, Ciudadanos), y se ha contagiado a nuestras leyes.

Por culpa de este discurso se aprobó la ley integral de violencia de género. Una ley que no defiende la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres (eso lo hace la constitución, y por extensión el resto de nuestras leyes), una ley que tampoco defiende la presunción de inocencia, a pesar de ser un derecho fundamental según nuestra constitución (no lo digo yo, lo dice Soledad Murillo, secretaria de estado de igualdad cuando se aprobó la ley) sino que defiende la criminalización de las personas basándose en su género: si eres una mujer, basta con tu palabra sostenida en el tiempo para condenar a un hombre, sin necesidad de más pruebas que tu propia declaración, invirtiéndose la carga de la prueba y teniendo el hombre acusado que probar su inocencia en vez de su culpabilidad.

Este feminismo radical, y los políticos que han acogido su discurso se empeñan en criminalizar a los hombres como colectivo, en marginarlos y en quitarles cada vez más derechos.

Aquí me gustaría hacer un inciso. Siempre me he considerado "de izquierdas":

  • Estoy a favor del aborto
  • Estoy en contra de los privilegios de la iglesia, tanto en materia fiscal como educacional y a favor del laicismo del estado
  • Estoy en contra de cualquier tipo de xenofobia o discriminación a las personas por su sexo, raza o credo
  • Estoy en contra de cualquier tipo de maltrato a los animales
  • Estoy a favor de la subida del SMI a 900€ y en general de cualquier medida que beneficie a los trabajadores
  • Estoy a favor de sacar a Franco del valle de los caidos, y si fuera posible también con tirar su cuerpo al Mediterráneo como hizo EEUU con el de Bin Laden

Pero cuando me criminalizan como colectivo y me discriminan en la justicia eliminando mi presunción de inocencia tengo que plantearme preguntas: ¿Cuál, de todos los pilares que definen mi ideología, es el más importante? ¿Merece la pena votar a un partido que garantice el aborto o el bienestar de los animales si a cambio me quitan un derecho fundamental como la presunción de inocencia?

Y así es como, de todos los partidos a los que puedo votar en las próximas elecciones generales, voy a votar a Vox. Estoy en contra de la gran mayoría de sus "100 propuestas para España", pero por incomparecencia de los demás, son el único partido que lucha por devolverme mis derechos fundamentales al proponer y presionar para que se derogue la Ley Integral de Violencia de Género. Y si tengo que escoger entre todo lo anterior y mi presunción de inocencia, elijo mi presunción de inocencia.

Ojo:

  • No estoy en contra de ayudar a una persona que ha sido objeto de maltrato, estoy en contra de ayudar sólo a las mujeres; extiende la ayuda a cualquiera que la sufra sin importar su sexo y estaré a favor.
  • Estoy en contra de encarcelar a alguien sólo por el hecho de ser denunciado: en su lugar habilita pisos de acogida para proteger a la persona que denuncia si lo solicita, sin importar su sexo y estaré a favor.
  • Estoy en contra de que en una pelea entre dos personas, sin importar quién haya empezado ni qué consecuencias haya tenido para cada uno, si uno de los dos tiene pene y el otro no automáticamente se convierta en violencia de género, el pene sea encerrado en prisión preventivamente, y luego eso ya si tal...

Lo siento profundamente.

Firmado: un futuro votante de Vox, de izquierdas.