Como sabéis hace muy poquito salía en las noticias la anecdótica situación de alguien del PP que criticaba al gobierno que se pusiesen condecoraciones a perros policías por salvar vidas, esgrimiendo que eso era un insulto para los propios policías. El representante del gobierno tuvo la brillante agudeza de ofrecer una respuesta que venía a recordar cómo el PP es muy dado al hábito de poner condecoraciones a inútiles esculturas religiosas.
Más allá de esta anécdota, solo quería hacer aquí un breve comentario sobre el sentido de condecorar a un animal que salva vidas humanas.
La Ética no consiste en poner a los seres humanos por encima de otros animales, tal y como entienden estos ineptos del PP. La Ética consiste en hacer, preservar o destacar aquello que es bueno o favorable para la supervivencia de la especie humana, ya sea esta cosa favorecedora de la supervivencia humana un ser humano o un animal. Y en consecuencia la Ética también tiene que ver con evitar, contrarrestar, impedir o combatir aquello que sea malo o desfavorable para la supervivencia de la especie humana, ya sea esta cosa peligrosa un animal o incluso un ser humano.
Si yo tengo que elegir entre salvar de un incendio a algún genocida como Franco o como Hitler, o a un perro que ha salvado decenas de vidas humanas, elegiré salvar al perro sin dudarlo una milésima de segundo. Si yo tengo que elegir entre salvar de un incendio a un criminal que ha violado y torturado a mi hija de 4 años de edad, o al perro policía que salvó a mi hija de ser finalmente asesinada por ese criminal, salvaré al perro sin dudarlo lo más mínimo.
Alguno de estos ineptos del PP podría decirme que si la Ética tiene que ver con favorecer la supervivencia de la especie humana, entonces no entiende cómo podría yo estar favoreciendo la supervivencia de la especie humana si elijo salvar de un incendio a un animal en vez de a un humano.
Pero el punto importante es que ese humano que dejo morir en el incendio es dañino y peligroso para la supervivencia de la especie humana, mientras que ese perro que salva vidas humanas es beneficioso para la supervivencia de la especie humana. Hay veces que para salvar a la especie humana hay que "dañar" a miembros de la especie humana que a su vez son dañinos o perjudiciales para la supervivencia de la especie humana.
En ocasiones algunos especímenes individuales de la especie humana adoptan una actitud o posición destructiva o de desprecio hacia la propia especie humana, degradando y despreciando así ellos mismos su condición humana y poniéndose por debajo incluso de otros animales. En estos casos la Ética tiene irremediablemente que ver con contrarrestar, combatir y castigar (y por tanto "dañar") a estos humanos que son peligrosos o nocivos para la especie humana y su supervivencia.
Puede que alguien del PP se obstine en esgrimir que no se puede entender que para favorecer o salvar la supervivencia de la especie humana haya en algún momento que dañar, castigar, combatir o contrarrestar a algún humano, incluso aunque este humano sea dañino para la especie humana. Pero en realidad este es un principio que estamos poniendo en práctica todos los días.
Por ejemplo, los ladrones, los violadores, y en general los delincuentes y criminales son dañinos o perjudiciales para la especie humana y su supervivencia. ¿Y qué hacemos? ¿les dejamos actuar tranquilamente contra la especie humana porque ellos también son humanos? No. Les perseguimos a través de las fuerzas y cuerpos de seguridad, y les encerramos en la cárcel. En algunos países desarrollados incluso les aplican una pena de muerte. Aplicar una pena de muerte a alguien, o encerrarlo en una cárcel, es una forma de castigar y "dañar" a ese sujeto. Cuando se encierra a un sujeto humano en una cárcel se le está privando de algo tan importante y esencial como su libertad, lo cual es obviamente perjudicial para ese sujeto. Encerrar a alguien en una cárcel tiene una clara intención de castigar a esa persona. Encerrar a un delincuente humano en una cárcel equivale a reducir a un ser humano a un animal o ponerlo a la altura de un animal, pues se le está encerrando en una jaula y quitando la libertad como si fuese un animal.
Esta consideración ilustra claramente que el principio ético de que si la supervivencia de la especie humana lo requiere hay incluso que castigar o dañar a miembros de la propia especie humana que sean peligrosos o nocivos para la especie, es un principio que estamos poniendo constantemente en práctica cuando por ejemplo aplicamos castigos o penas a delincuentes y asesinos, encerrándolos en una cárcel y suprimiendo su libertad, poniéndolos a la altura de simples animales enjaulados, animales que son peligrosos para la especie humana.
Así que debéis recordar siempre que aunque a estos del PP les gusta exhibirse con la careta de la superioridad moral puesta, a ellos le parece perfecto y muy lógico para la supervivencia de la especie humana que estén encerrados en la cárcel los presos de ETA, presos de ETA que son al fin y al cabo seres humanos que son puestos a la altura de animales enjaulados y privados de libertad, como también les parece perfecto y necesario para la supervivencia de la especie humana las decenas de miles de seres humanos que fueron exterminados por Franco o por Hitler.
Van en el PP agitando la bandera de los derechos humanos y de la moral, proclamando que en pro de la Ética y de la supervivencia humana nunca se debería poner a un animal a la altura de una persona (por ejemplo condecorando perros policías), pero sin embargo les parece muy ético y muy necesario y lógico para la supervivencia de la especie humana el poner a los presos de ETA a la altura de animales, al tenerlos en la cárcel enjaulados y sin libertad como si fueran animales en cautiverio.
Así que los del PP son unos hipócritas, porque ellos mismos consideran que a veces es ético y requerido por la moral (y por la supervivencia de la especie humana) el poner a las personas y a los animales en un mismo plano moral o ético, al parecerles estupendo y justificado el poner a los presos de ETA encerrados en la cárcel a la altura de animales enjaulados y privados de libertad.
Sí. Es innegable que a veces, en pro de la ética y de la supervivencia de la especie humana, hay que castigar a los propios seres humanos, seres humanos que también pueden hacer cosas o cometer crímenes que son desfavorables para la supervivencia de la especie humana.
Aunque conceder una condecoración primariamente encierra un acto de agradecimiento y de premio, es cierto que un perro policía no está capacitado para interpretar la condecoración que se le concede como una confirmación de su buen comportamiento que quizá también le signifique que siga salvando vidas; en realidad, durante el adiestramiento del perro se usan otros "premios" para que el animal vaya aprendiendo qué debe hacer para salvar vidas, premios como galletitas o golosinas para perros. A ningún perro policía se le adiestra a base de medallas.
Así que en el caso de las condecoraciones y homenajes a perros, caballos, y animales que ayudan a la especie humana en su supervivencia, estamos ante actos de carga simbólica que persiguen realizar una representación, una llamada y un reconocimiento públicos sobre el valor y la importancia que pueden tener los animales como agentes favorecedores y beneficiosos para la supervivencia de la especie humana. Condecorar animales es una forma de recordarnos a nosotros mismos que si destruimos a los animales de manera injustificada e irresponsable, estaremos privando a nuestra propia especie de agentes que pueden prestar una valiosa ayuda a nuestra supervivencia.
Por tanto no se trata de poner a un animal a la altura de una persona. Una condecoración concedida a un animal destacará el comportamiento de ese animal de entre otros animales que están en su nivel de raciocinio, mientras que una condecoración condedida a un ser humano destacará el comportamiento de ese ser humano al nivel de otros seres humanos. Es absurdo, propio de una mente inferior, entender que la condecoración concedida a un animal signifique que ese animal sea mejor, más inteligente o habilidoso, que un ser humano, o entender que las medallas para personas y las medallas para animales estén a un mismo nivel de raciocinio, o que no puedan existir medallas para animales, distinguidoras del valor de determinados animales en concreto.