Algunas diferencias en la educación entre Andalucía y Cataluña

Se ve que hoy me he levantado y tenía ganas de coger cerillas y gasolina.

Soy andaluz de Sevilla y tengo tres hijos, pero de unos años hacia aquí, nos hemos venido a Cataluña y he podido comprobar de primera mano las diferencias de educación infantil de guardería y de colegio, en Andalucía y Cataluña.

#Teahorrounclick: La de Andalucía da auténtica lástima.

Guarderías

-Para empezar, cualquiera que haya buscado una guarderia para sus retoños, sabrá exactamente de qué le hablo: en Andalucía es imposible encontrar una guardería donde no le pongan la televisión a los niños. Vamos, es que puedes ya buscar la guardería Montessori Waldorf Pijipi que quieras. En Andalucía, a los niños de guardería se les pone la tele. Es un hecho.

En Cataluña lo más normal (al menos en las 2 o 3 guarderías públicas y privadas que conozco), es que ni siquiera tengan televisión.

-En Cataluña las guarderías públicas + comedor salen por unos 170€ al mes (excepto este año, que P2 sale gratis). En Andalucía unos 230€.

-Mi hijo de dos años tiene a 2 maestras y una practicante en una clase de 12 niños en la guardería pública. En Andalucía hay 1 por cada 10/15 alumnos, según los recursos de la guardería (que tienen una especie de concierto con la junta).

- En Cataluña se incentiva que los padres preparen solo fruta de merienda a los niños y esto se suele cumplir en el 95% de los casos. En Andalucía es normal ver galletas y otro tipo de marranadas de merienda en la guardería.

- El menú de las guarderías andaluzas es de todo menos saludable. En las que conocí, había algún tipo de carne o frito, todos los días. En Cataluña, comen verduras todos los días. Todos.

Colegios

En Andalucía, lo más normal es que la clase (exigua) media lleve a su hijo a un concertado o uno privado. La primera razón para esto, es la falta de recursos que tienen los públicos en Andalucía. La segunda razón, y seguramente me llamaréis clasista y todo lo que queráis, pero las cosas como son: Yo prefiero que mis hijos estén rodeados de otros niños cuyos padres quieran para sus hijos lo mismo que yo quiero para los míos. Que les lleven para merendar una pieza de fruta, en vez de una bolsa de patatas, que la niñas de dos años, no vayan con la cara y las uñas pintadas y no vayan vestidas de rosa o leopardo. Que saquen a los niños en 4° de ESO de la escuela porque la Universidad no sirve para nada, y lo que tiene que hacer el niño buscarse un buen trabajo en un taller de chapa y pintura.

Yo no quiero que mi hijos tengan esos modelos. Y al menos en Sevilla la clases sociales están muy polarizadas. Si escuchas a alguien hablar, podrías acertar con un sorprendente grado de acierto la preferencia en la educación de sus hijos. En cualquiera caso nosotros no nos podíamos permitir un colegio privado y además en Sevilla concertado significa religioso (eso es un gran NO para nosotros en cualquier sitio).

En Cataluña tienes un poco de todo, a parte de que los colegios tienen muchos más recursos y cada ciudad se ha ocupado de que a los colegios públicos les correspondan zonas de menos y más renta, con lo cual se intenta que las desigualdades estén más diluidas.

- Las diferencias en cuánto a la comida siguen siendo igual de grande. Mis hijos no saben lo que es una barra de pescado o un filete ruso.

- El ratio de alumnos por clase de infantil y primaria se está bajando a 20 en Cataluña, y en infantil suele haber una maestra y una auxiliar más sus respectivas prácticantes (4, sobre todo en P3).

- En Cataluña es relativamente fácil encontrar un colegio público Montessori que trabaje por proyectos. Es lo normal aquí desde hace 30 años. En Andalucía no ha cambiado mucho la cosa desde que yo fui hace 35 años. En uno público que fuimos a visitar había incluso biblias para niños expuestas en un pasillo, para que los niños las ojearan.

- En Cataluña, la familias están supercomprometidas con los colegios. No es raro ver a los abuelos de voluntarios en P3 para cortarle la fruta a los niños y contarles cuentos, o a los padres que pueden participando en sesiones interactivas con los niños, por ejemplo, de matemáticas, o venirles a hablar de lo que hacen en el trabajo.

En fin, estas son mis experiencias. Que cada uno saque las que quiera.

PD: en lo referente al idioma, ya que supongo que algunos les interesará especialmente eso, el idioma vehicular es el Catalán, pero los niños pueden hablar y escribir en castellano perfectamente si así lo desean (menos en clase de Catalán obviamente). Y no, ni yo ni mis hijos hemos sufrido ningún tipo de discriminación mientras estamos aquí, y siempre me han hablado en castellano cuando se daban cuenta de que no les estaba siguiendo del todo.