Nunca bajamos la mirada, y cuando lo hacemos es, normalmente, a causa de la tristeza, porque no queremos que las gotas de lluvia nos acaricien nuestras caras. Nos perdemos mucho porque, ahí abajo, mientras las escalas de todo lo que acontece nos parecen tan vastas, el mundo se mueve a su propio ritmo. El equipo de Gráficos Generados por Ordenador de Rushes se ha detenido a mirar lo que ocurre a nuestros pies y ha añadido lo que ellos creen que pasa y no vemos.