Me lo ha recordado una noticia chorra que acaban de colgar sobre un vídeo ruso de reclutamiento en que se insinúa que el que no saliste es gay.
Hará como seis meses, en invierno, que pregunté a cinco amigas qué preferían: o alistarse al ejército ruso, o al ucraniano, o hacerse prostitutas y que las follaran cien tíos a 50€ la pieza.
Muchas risas, pero la respuesta fue unánime.
Mi respuesta fue que también yo elegía ser chapero a la misma tarifa.
El militarismo no tiene mucho éxito por aquí.