Maldad y estupidez

Este millonario está afirmando en una conferencia, frente a centenares de periodistas, que el COVID hizo a la gente ver que los jefes y dueños de empresas no eran tan importantes y que, para volver a aumentar la productividad, el desempleo debe subir hasta cotas de desastre y la economía debe aplicar "dolor" para que los trabajadores entiendan cuán importante es el empleador. Centenares de miles de personas están viendo esto. El evento fue organizado por una de las más importantes publicaciones de análisis económico del mundo.

Hace unos años comencé a percibir ciertos signos distópicos en casi todo lo que me rodeaba. Al principio me lo tomé como un desajuste transitorio e incluso me hacía cierta gracia. Esa sensación ha ido creciendo muy poquito día a día hasta casi acostumbrarme. Ahora, eso que percibí como algo personal y pequeño, es ya malestar, ira y precariedad emocional que nos afecta a todos de una forma u otra.

Luego traté de decirme a mi mismo, para no asustarme, que era algo relacionado con esto de ir haciéndose mayor, pero cada cosa que ocurre, cada genocidio, cada elección presidencial, cada suceso geopolítico me hacen ver que es una realidad. Vivimos rodeados de un número creciente de personas que normalizan cosas cada vez más espantosas y estúpidas. Y esa gente y sus ídolos, han tomado el poder del discurso cultural y mediático. Y nosotros mismos, contagiados por esta pandemia de la idiotez, estamos comenzando a acostumbrarnos a ello. Eso es precisamente lo más terrible de todo esto.

Hemos dejado que la inteligencia y la belleza dejen de ser importantes y que lo material y el miedo tomen el mando. Así fue siempre nuestra realidad, lo sé, pero hemos llegado a una situación insoportablemente tóxica, única en la historia de la humanidad y creo, seriamente, que, como ocurre con el cambio climático, estamos acercándonos a un punto sin retorno en lo moral e intelectual. Es irrebatible. Nunca tuvimos más herramientas para el progreso, la felicidad y el conocimiento. Nunca fuimos más destructivos, estúpidos e infelices.

Este vídeo era gracioso hace 10 años. Ahora forma parte de una verdad que muchos quieren comprar. La estupidez y la maldad de villano, tan parodiables y sencillas de desmontar, ya no son como antes, algo de lo que podías y debías reírte. Ahora son una ideología y están invadiéndolo todo.

Absolutamente todo.