Antiguamente, en la época de los reyes, marqueses y condes la educación solo estaba disponible a unos pocos y por supuesto la gente noble era culta, educada y refinaba. La gente del pueblo, el populacho al no tener educación a menudo cuando discutían decían palabrotas y se expresaban de forma muy vulgar.
La gente noble en cambio, tan educada como era nunca decía vulgaridades y se jactaban de que eran capaces de insultar a su interlocutor de forma totalmente subrepticia sin decir ninguna palabra obscena.
Pero había algo de lo que esos nobles, esa gente tan culta y educada no se daba cuenta, y es que por muy finolis que fueran, por muy cultos y educados y por mucha retórica que usaran, también insultaban. Y eso les hacía ser exactamente iguales que el ignorante populacho.
Por que señores, algunos seremos más listos y otros más tontos, unos seremos más educados y otros más ignorantes pero hay una verdad indiscutible: "Todos somos humanos y todos cagamos la misma mierda".
Esa frase se la escuché por primera vez a un compañero de clase que tuve en COU. No era lo que se podía decir un estudiante brillante, era más bien el gamberro de la clase. Siempre se estaba metiéndose en líos y raro era el mes que el director del instituto no le llamaba para echarle la bronca y/o castigarle o incluso expulsarle un par de días y decirle que quiere hablar con sus padres.
En una de esas ocasiones se las apañó para robar del despacho del director varias láminas de etiquetas auto adhesivas. Tan pronto como salió del despacho del director se dedicó a escribir en cada una de las etiquetas auto adhesivas "Soy Gilipollas".
En un momento en el que no había un profesor en el aula, y con ayuda de los amigos de su pandilla se dedicó a pegar en la espalda de cada estudiante una de esas etiquetas.
En poco tiempo pude presenciar una escena muy surrealista. Varios compañeros de clase estaban sentados alrededor de una mesa, y cada uno de ellos tenía la pegatina pegada y un poco más lejos había uno riéndose de ellos. Se acercó a mi y me dijo "mira que gilipollas, no se dan cuenta de lo que tienen en su espalda", y pude constatar que el también tenía una pegatina en la espalda.
Un poco más lejos, había otros dos compañeros de clase riéndose de aquel que se reía de los que tenían la pegatina, por que el también la tenía y no se daba cuenta. Pero esos dos compañeros también tenían la pegatina. Es entonces cuando rápidamente me eché la mano en la espalda y me dí cuenta que yo también tenía una pegatina con la inscripción "Soy gilipollas". Suspiré aliviado por no haberme reído de los que tenían la pegatina pegada, ni de haberme reído de los que reían de estos, ni de los que se reían de los que se reían de ...
Por eso aprendí que cuando hay un mal muy generalizado lo mejor que puedo hacer es, hablando metafóricamente, "comprobar mi espalda" para comprobar que no tengo la pegatina de gilipollas pegada.
¿ La incertidumbre política? Hay que ver las gilipolleces que se escriben.
La gente está tiesa, se ganan sueldos de mierda. Lo que se ha vendido es por dos motivos, el que tenía pasta ha comprado para alquilar la casa, y que tenía para la entrada de la hipoteca y un trabajo medio decente ha comprado para no alquilar.
Y el resto se ha quedado pillado en un trabajo de mierda y pagando un alquiler astronómico, lo que le obligará a estar muchos años de alquiler, porque capacidad de ahorro cero.
A día de hoy el mercado de la compra está agotado.
Van a dar la campanada y solo me alegro por una cosa, quitando a los fachas de toda la vida, hay una mayoría que se ha tragado la película de vox, ojala lleguen a gobernar con los peperos y farlopitos para poder verles la cara que ponen en cuanto empiecen a hacer de la suyas.
Puedes aprender cualquier trabajo sin usurpar un puesto de trabajo por la cara, por que lo he visto. Becarios que estaban para aprender, y que como mucho aligeraban la carga de trabajo de los contratados. Eso está bien.
También he visto empresas que la mitad de sus empleados eran becarios que no cobraban, y que cuando terminaban se iban y venían otros. Así durante años, y no por necesidad, si no por que cada becario era un sueldo más para el bolsillo del dueño.
Eso está mal. Excepto si eres el explotador, claro.
La gente noble en cambio, tan educada como era nunca decía vulgaridades y se jactaban de que eran capaces de insultar a su interlocutor de forma totalmente subrepticia sin decir ninguna palabra obscena.
Pero había algo de lo que esos nobles, esa gente tan culta y educada no se daba cuenta, y es que por muy finolis que fueran, por muy cultos y educados y por mucha retórica que usaran, también insultaban. Y eso les hacía ser exactamente iguales que el ignorante populacho.
Por que señores, algunos seremos más listos y otros más tontos, unos seremos más educados y otros más ignorantes pero hay una verdad indiscutible: "Todos somos humanos y todos cagamos la misma mierda".
Esa frase se la escuché por primera vez a un compañero de clase que tuve en COU. No era lo que se podía decir un estudiante brillante, era más bien el gamberro de la clase. Siempre se estaba metiéndose en líos y raro era el mes que el director del instituto no le llamaba para echarle la bronca y/o castigarle o incluso expulsarle un par de días y decirle que quiere hablar con sus padres.
En una de esas ocasiones se las apañó para robar del despacho del director varias láminas de etiquetas auto adhesivas. Tan pronto como salió del despacho del director se dedicó a escribir en cada una de las etiquetas auto adhesivas "Soy Gilipollas".
En un momento en el que no había un profesor en el aula, y con ayuda de los amigos de su pandilla se dedicó a pegar en la espalda de cada estudiante una de esas etiquetas.
En poco tiempo pude presenciar una escena muy surrealista. Varios compañeros de clase estaban sentados alrededor de una mesa, y cada uno de ellos tenía la pegatina pegada y un poco más lejos había uno riéndose de ellos. Se acercó a mi y me dijo "mira que gilipollas, no se dan cuenta de lo que tienen en su espalda", y pude constatar que el también tenía una pegatina en la espalda.
Un poco más lejos, había otros dos compañeros de clase riéndose de aquel que se reía de los que tenían la pegatina, por que el también la tenía y no se daba cuenta. Pero esos dos compañeros también tenían la pegatina. Es entonces cuando rápidamente me eché la mano en la espalda y me dí cuenta que yo también tenía una pegatina con la inscripción "Soy gilipollas". Suspiré aliviado por no haberme reído de los que tenían la pegatina pegada, ni de haberme reído de los que reían de estos, ni de los que se reían de los que se reían de ...
Por eso aprendí que cuando hay un mal muy generalizado lo mejor que puedo hacer es, hablando metafóricamente, "comprobar mi espalda" para comprobar que no tengo la pegatina de gilipollas pegada.