Los dos vecinos que tengo al lado tienen perro, y aunque les oigo ladrar alguna vez, no me impide hacer vida normal, ni me provoca ningún tipo de sufrimiento. Sin embargo estos días por la noche abro las ventanas de la habitación de mis hijos y duermen tranquilamente hasta que oyen el ruido ensordecedor de alguna moto o algún coche que pasa justo por debajo. No pasan muchos Ferraris, pero si alguna Harley y alguna Yamaha. A mí me encanta ese sonido, pero a mis hijos les despierta y provoca situaciones realmente incomodas a altas horas de la madrugada.
Los domingos por la mañana suenan las campanas de una iglesia que tengo cerca y los jueves por la noche escucho a los borrachos volver a sus casas.
Si no te gusta oír ladrar a los perros y te provoca sufrimiento acude a terapia, el problema es tuyo, y si el perro de tus vecinos está enfermo o necesita atención ofrece tu ayuda antes que tu indignación, así podrás solucionar antes el problema.
Hay que tener en cuenta que para poder poner normas en una comunidad éstas deben ser aceptadas por unanimidad, es decir por todos los vecinos, y además respetar las normas municipales, las leyes y los derechos humanos.
Los domingos por la mañana suenan las campanas de una iglesia que tengo cerca y los jueves por la noche escucho a los borrachos volver a sus casas.
Si no te gusta oír ladrar a los perros y te provoca sufrimiento acude a terapia, el problema es tuyo, y si el perro de tus vecinos está enfermo o necesita atención ofrece tu ayuda antes que tu indignación, así podrás solucionar antes el problema.
Hay que tener en cuenta que para poder poner normas en una comunidad éstas deben ser aceptadas por unanimidad, es decir por todos los vecinos, y además respetar las normas municipales, las leyes y los derechos humanos.