#91. Pues no: No es lo mismo clase dirigente que pueblo dirigido, no es lo mismo gobierno que estado. A ver si nos enteramos:
Si mis dirigentes me mienten y me dicen que todo será maravilloso y nos podemos permitir jubilarnos a los 50 años, ¿yo tengo la culpa de creérmelo? ¿Desde cuándo tengo el conocimiento suficiente como para saber que las cuentas en los presupuestos generales del estado cuadran? Si mi dirigente o representante no sale votado, ¿también soy cómplice del dirigente que ha salido por mayoría?
Eso significa que, aunque vote a IU, ¿soy cómplice de los recortes de Rajoy?
Pero lo mejor es que mezclas las decisiones gubernamentales con los problemas del estado. El estado es un conjunto de instituciones formadas por funcionarios con políticos en la cima (dependiendo del país habrá más o menos, en algunos casi ninguno, suerte que tienen). ¿Si los que están arriba del todo dan ordenes absurdas tienen la culpa los funcionarios? O sea, que si conduzco mi coche como el culo y lo llevo a la cuneta la culpa es del coche, no mía. Pues no, repartamos responsabilidades: la responsabilidad fundamental debe recaer sobre el que manda, que se le paga para pensar en la globalidad, no para el funcionario de base, que entre cuyas obligaciones no está la de tomar las altas decisiones.
Y luego lo mejor: la falsa dicotomía, o estás a favor del estado o en su contra. Como si el problema fuese de una organización estatal, cuando realmente el problema ha sido de las decisiones políticas que llevaron a Grecia a incorporarse en la zona Euro sin cumplir los criterios de estabilidad económica, ayudados por ciertas agencias de rating. Que ahí fue donde comenzó todo.