La Brigada Móvil de los Mossos actualmente está formada por 8 unidades fijas de antidisturbios. Cada una de estas unidades tiene 7 furgonetas, y en cada furgoneta viajan 7 agentes. Uno de los agentes de cada furgoneta es la escopeta que dispara balas de goma o proyectiles. La sede central de los antidisturbios de la Generalitat es en el edificio Egara de Sabadell, desde donde cada día salen y entran las columnas de furgones que se dirigen a manifestaciones, desahucios, concentraciones y de otros tipos de eventos. En la mayoría de casos se trata de movilizaciones de carácter político y social. En los inicios del desarrollo en el área metropolitana, en 2006, los antidisturbios no llevaban la cara tapada y mostraban el número de placa. Poco a poco, sin embargo, su actuación fue degenerando. A día de hoy las guerrillas de la Brigada Móvil actúan fuera de la ley. Un decreto del año 2008 firmado por José Montilla, presidente de la Generalitat, y Joan Saura, ex consejero de Interior, les obliga a llevar el número de placa siempre visible, pero por orden de Felipe Puig incumplen de forma sistemática esta normativa de obligado cumplimiento. La cúpula política y policial de los mossos ha encubierto durante estos años la transformación parapolicial de esta unidad presuntamente especializada en orden público.
Los hechos de Bolonia, un punto de inflexión
Fue la mañana del 19 de marzo de 2009 cuando se empezó a gestar la actual situación de descontrol. Tras las durísimas cargas de los mossos contra los y las estudiantes que luchaban contra el plan Bolonia, el entonces Director General de la Policía, Rafael Olmos, hizo unas declaraciones ante la prensa asegurando que la violencia de los antidisturbios contra los periodistas no se volvería a repetir y que se depuren responsabilidades. Aquellas palabras de Olmos fueron cuestionar todo el establishment corporativo del edificio Egara de Sabadell, y los tentáculos de los poderosos comisarios de la policía catalana se empezaron a… » ver todo el comentario