El argumento del artículo es el mismo que yo use en 2008 para evitar la quiebra de una promotora participada por la CAMM, Banesto y Bancaja. La aplicación del principio de empresa en funcionamiento y la normativa sectorial nos aconsejaba ser prudentes, ¿Y sí las casas subían de valor de nuevo? Aquel argumento se convirtió en consulta ante el ICAC y finalmente en resolución que fue aplicada en 2008, 2009 y 2010 por todas las Cajas de Ahorros.
Esa fue la primera patada hacia adelante.
Durante esos años se llevó a cabo la venta masiva de participaciones preferentes, que era el único activo que podían vender las Cajas para cumplir con los requisitos de capital impuestos por Basilea II. Le debemos a J. Caruana, un español que en aquel entonces era gobernador del banco de España y presidente del comité de Basilea, esa conveniente equiparación de las preferentes al capital social.
Eso solo consiguió aligerar las responsabilidades de garantía sobre los depósitos bancarios ya que no eran más que apuntes contables. En las Cajas no entraba un duro excepto los créditos ICO y los prestamos del Banco de España, con los que pagan las nóminas, los intereses de las preferentes (había que disimular para seguir colocando) y refinanciaban sus créditos morosos a promotores que jamás devolverían el dinero al gobierno.
La mochila se había aligerado, pero eso, no solo no era suficiente sino muy costoso (los intereses que pagaban eran mucho mayores que los dividendos) Tocaba fusión y reconversión en un Banco que pudiera emitir capital y tener accionistas, pero los inversores institucionales andaban muy cabreados por el dinero que habían perdido comprando paquetes de títulos hipotecarios a Lehman Brothers y otros. Sí a ellos también los habían estafado. Las hipotecas entre 2004 y 2007 garantizaban un valor superior al del precio real de compra de la vivienda, los bancos concedían préstamos al consumo, encubiertos, contabilizándolo y vendiéndolos como prestamos con garantía hipotecaria. El… » ver todo el comentario
Esa fue la primera patada hacia adelante.
Durante esos años se llevó a cabo la venta masiva de participaciones preferentes, que era el único activo que podían vender las Cajas para cumplir con los requisitos de capital impuestos por Basilea II. Le debemos a J. Caruana, un español que en aquel entonces era gobernador del banco de España y presidente del comité de Basilea, esa conveniente equiparación de las preferentes al capital social.
Eso solo consiguió aligerar las responsabilidades de garantía sobre los depósitos bancarios ya que no eran más que apuntes contables. En las Cajas no entraba un duro excepto los créditos ICO y los prestamos del Banco de España, con los que pagan las nóminas, los intereses de las preferentes (había que disimular para seguir colocando) y refinanciaban sus créditos morosos a promotores que jamás devolverían el dinero al gobierno.
La mochila se había aligerado, pero eso, no solo no era suficiente sino muy costoso (los intereses que pagaban eran mucho mayores que los dividendos) Tocaba fusión y reconversión en un Banco que pudiera emitir capital y tener accionistas, pero los inversores institucionales andaban muy cabreados por el dinero que habían perdido comprando paquetes de títulos hipotecarios a Lehman Brothers y otros. Sí a ellos también los habían estafado. Las hipotecas entre 2004 y 2007 garantizaban un valor superior al del precio real de compra de la vivienda, los bancos concedían préstamos al consumo, encubiertos, contabilizándolo y vendiéndolos como prestamos con garantía hipotecaria. El… » ver todo el comentario