Joao Gilberto es un auténtico maestro. Si te fijas no hace ni un sólo vibrato con la voz (ojalá le hubieran puesto este vídeo a Bisbal en OT, ahora ya es un caso perdido ). Pero mientras los complicados acordes de guitarra se van sucediendo con un orden establecido, las frases melódicas de la voz las desplaza en el tiempo a placer, las adelanta o las retrasa, creando ciclos de tensión/relajación. Por otra parte el control del timbre que tiene es impresionante. Ni con un cluster de 1000 tarjetas NVIDIA de última generación eres capaz de recrear algo tan humano y trascendental como esta actuación.