parece una cantidad insignificante comparada con los 2100 millones de euros que han aportado los contribuyentes españoles por uno de los ridículos militares más bochornosos que se recuerdan, la construcción del submarino S-80
Esta nave “ultra moderna” no ha podido ser entregada en su fecha, por un grave error de diseño: el submarino pesa demasiado y una vez sumergido, no puede volver a emerger, lo que obligó a la empresa española, incapaz de solucionar el problema de diseño, a pedir ayuda de a una firma estadounidense para que sus ingenieros pusieran solución al desaguisado.
Esta nave “ultra moderna” no ha podido ser entregada en su fecha, por un grave error de diseño: el submarino pesa demasiado y una vez sumergido, no puede volver a emerger, lo que obligó a la empresa española, incapaz de solucionar el problema de diseño, a pedir ayuda de a una firma estadounidense para que sus ingenieros pusieran solución al desaguisado.
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