Es que algún día nos daremos con un canto en los dientes de cómo alguien podía ponerle pegas a usar toda esa energía gratis que estaba ahí, simplemente a la espera de que alguien la cogiera, y en cambio nos obcecábamos en mantener una red eléctrica totalmente dependiente de grandes centrales, como si viviéramos en una isla desierta aislada.