Cualquier ciudad costera que se precie cuenta entre sus pertenencias con una buena legión de gaviotas que se dedican a ‘bombardear’ vehículos, atascar tuberías varias o a emitir sonoros graznidos que pueden llegar a desesperar al ciudadano más paciente. Las gaviotas de Vigo van más allá y, entre sus particularidades, se encuentra una agresividad de la que podemos decir, a la espera del juicio de algún cultivado biólogo, que las convierte en únicas en el mundo.
Leemos en El Faro de Vigo que los vecinos de la Ciudad Olívica ya no pueden más. Como si de la película de Hitchcock se tratase, estos pájaros marítimos se dedican a amedrentar a la población. Llama la atención alguna de las declaraciones vertidas en el periódico que, si no fuera por lo desesperado de la situación, asumiríamos como cómicas.
Cuenta una mujer de la calle Álvaro Cunqueiro que estos ruínes animales ‘le cogieron el bocadillo’ a su hija y que incluso ‘llegaron a picarle en dos ocasiones’. En Doctor Cadaval una vecina fue ‘agredida’ por aves que anidaron en su tejado. Y no fueron sucesos puntuales.
Como decíamos, los vecinos no pueden más. Y con razón. El Concello ha decidido contratar una empresa para reducir la colonia de gaviotas y la empresa ha recibido nada menos que 200 denuncias ciudadanas por la oleada de ataques.
‘Roban de los carritos las cosas que dejan los padres, se atreven a picar los cristales de las ventanas y están siempre de guardia’, señala la directora de una guardería municipal en el citado periódico.
En fin, ante tan ‘especial’ panorama, no cabe duda de que si Hitchcock levantase la cabeza dispondría en Vigo de material de sobra para rodar la segunda parte de Los pájaros.