#16 ¿puedes enlazar, por favor, el informe de la CNMV que afirma que fue un fraude sistemático? Gracias.
POrque los enlaces que pones hablan de un supuesto informe del la CNMV sin confirmación oficial y que habla de irregularidades, malas prácticas y, posiblemente, de inclumplimientos de ciertas leyes bancarias, sin especificar. Pero no habla de fraude. Que como digo antes, es una figura jurídica concreta.
#1#13 Es importante hablar con propiedad: "El fraude consiste en que una persona obtenga de otra un beneficio, se haga de una cosa o un lucro tras aprovecharse de un error o mediante engaños."
Para que sea fraude se debe acreditar que el inversor en preferentes no disponía de medios de saber qué era el papel que estaba firmando. Es decir, en casos como esos inversores que no sabían leer ni escribir, o personas de la tercera edad con facultades mentales disminuídas, es evidente.
En el resto de personas es posible que el vendedor de su paquete de preferentes les pusiera el tema muy bonito (rentabilidad, plusvalía, ...), pero tenían los contratos que DEBÍAN leer, y tenían a su disposición todo un arsenal de recursos de información (oficinas de atención al consumidor, internet, ...) antes de firmarlo.
Así que difícilmente podamos hablar aquí de fraude masivo (aunque si, como ya he dicho antes, de fraude en casos muy limitados y minoritarios), especialmente desde el punto de vista judicial. Desde luego hay malas prácticas bancarias, y desde luego el regulador ha sido un chapucero.... pero hasta llegar al fraude hay un trecho muy largo
Y una reflexión final: al igual que los inversores en sellos, los inversores en bitcoins y otros inversores de alta rentabilidad y alto riesgo, no parece muy racional que los beneficios sean suyos pero las pérdidas sean de todos.
Relacionado: www.elmundo.es/blogs/elmundo/nodoycredito/2013/04/17/es-culpa-solo-del
"En 2009, mientras cientos de miles de españoles estaban invirtiendo en participaciones preferentes y deuda subordinada de bancos con problemas, la gestora de fondos Fidelity International encargó un informe sobre los hábitos de inversión de los europeos y concluyó que los españoles estaban dedicando casi el mismo tiempo a elegir el nuevo televisor de plasma que querían comprar para su salón que a decidir cómo organizar sus ahorros invirtiendo en productos de alto riesgo.
Con la riqueza que aún conservaban del 'boom', los españoles tardaban cinco semanas en elegir su nuevo coche, pero sólo una en abrir una cuenta de ahorro o 10 días en invertir miles de euros en productos como las preferentes, que por aquel entonces ofrecían una jugosa rentabilidad a cambio de asumir un riesgo peligroso para el ahorrador medio."