Si la hubieran enviado a los asientos o a donde ella quisiera con excepción del borde, se podría creer en esa historia del agua.
Hay gente que se escandaliza por un bebé alimentándose, otra porque las mujeres lleven pantalones, otra porque los negros usen los mismos restaurantes que ellas. Es un argumento absurdo prohibir algo porque un grupo se siente ofendido.