A mí me pasó algo parecido en Madrid, pero sin llegar a estos límites...
Fuí a misa por primera vez en unos cinco años y fui a comulgar. Según me dí la vuelta para volver a mi sitio, por lo visto me demoré más de lo estimado por el protocolo en llevarme la hostia a la boca y de repente el cura me agarró del brazo gritandome "eh, pero tienes que comertela! Te la tienes que comer ahora!". Yo a cuadros. Supongo que daría coba el hecho de que bastante gente por llevar el pelo negro y una camiseta negra piensa que soy gótica, así que decidí investigar el asunto y cuando acabó la misa fui a preguntar al cura que qué narices le había pasado antes. Me empezó a decir entre balbuceos lo que se podría resumir en que "hay gente que, bueno... intenta llevarselas... para hacer cosas.- Qué cosas?? -Bueno.. profanaciones, ritos satánicos..."
Y yo mondandome de risa. En fin, que no me dieron "de ostias", pero que el temita de tragarsela nada más recibirla debe de ser más serio de lo que parece...