A lo mejor van a tener que acabar pagando a los revisores y entonces ya les podrían pedir responsabilidad por la revisión. Hasta entonces poco remedio. Lo que pasa es que las revistas científicas se lucran cuantos más artículos publican y es un cuasi-monopolio. Además como la fuente más importante de méritos para un investigador es la publicación académica, les estamos dando el negocio hecho.
Bueno no fue la banca la que recibió los 60000 millones sino las cajas que estaban gobernadas por políticos. Que acabaron, una vez saneadas por todos, en manos de la banca privada.
Digamos que los culpables siguen en el gobierno.