Pues yo soy bastante sensible la verdad, me paso el día alicaído como consecuencias de todas las guerras y padecimientos en el mundo, en especial los niños, que tienen que responder por los actos de sus padres. Siempre he pensado que primero están mis hijos y luego mi ideología, y si tengo que huir por salvar su vida y renunciar a mi ideología pues lo haré, total ya lo hizo mi familia durante los Reyes Católicos, las distintas expulsiones, los ataques de reyes y reyezuelos, la Guerra Civil, llevamos siglos huyendo y retornando. Y si llegado el caso extremo pienso que hay que luchar, primero a toda costa los obligaría a irse y luego lucharía por mi cuenta.
No existe la guerra incruenta, pero si es posible guerras en un frente, en lugar de refugiarte en casa y que con ello destruyan todo lo que amas.
En especial con todo lo que está aconteciendo en Siria, y en Gaza en especial como judío que soy, lloro a diario. Quizás porque no veo noticieros ni TV y por tanto no me estoy acostumbrando a esa falta de empatía o rapidez en cambiar de un tema a otro.
Por mi parte no creo que en las luchas virtuales, los cientos de Twitter o Facebook quejándose, la única opción que he tomado y creo que es la que realmente me funciona es dejar constar por escrito mi renuncia a la contribución mensual a la Casa de Israel, es poco, 300 euros al mes, pero si los miles de inscritos hiciéramos lo mismo notarían que vamos en serio en cuanto a nuestra repulsa. (no en tanto a que le falten algunos millones al año, ya se obtendrían de otra forma, sino que es una forma fehaciente de comprobar que hay gente que te apoyaba y ha dejado de hacerlo).
No existe la guerra incruenta, pero si es posible guerras en un frente, en lugar de refugiarte en casa y que con ello destruyan todo lo que amas.
En especial con todo lo que está aconteciendo en Siria, y en Gaza en especial como judío que soy, lloro a diario. Quizás porque no veo noticieros ni TV y por tanto no me estoy acostumbrando a esa falta de empatía o rapidez en cambiar de un tema a otro.
Por mi parte no creo que en las luchas virtuales, los cientos de Twitter o Facebook quejándose, la única opción que he tomado y creo que es la que realmente me funciona es dejar constar por escrito mi renuncia a la contribución mensual a la Casa de Israel, es poco, 300 euros al mes, pero si los miles de inscritos hiciéramos lo mismo notarían que vamos en serio en cuanto a nuestra repulsa. (no en tanto a que le falten algunos millones al año, ya se obtendrían de otra forma, sino que es una forma fehaciente de comprobar que hay gente que te apoyaba y ha dejado de hacerlo).