Pero el diccionario debe tratar de mantenerse al día del mundo, actualizarse conforme se van modificando los conceptos. Hay que aspirar a que sea una buena referencia, y no una obra anquilosada que no evoluciona.
Lo más interesante es el debate que se ha generado en los comentarios de esa entrada. Opinad. ¿Es de mala educación estar twitteando durante una reunión con una ministra?