Yo estuve presente a escasos metros de Alberto, no la conozco pero me acuerdo perfectamente porque es una persona que no pasa desapercibida, y aseguro que no hubo ninguna patada de nadie, y menos de Alberto. Sí que hubo una carga policial absolutamente innecesaria. Aluciné años después cuando me enteré de todo el juicio, di por hecho que quedaría absuelto. Sobretodo porque eso estaba lleno de cámaras de gente grabando y de televisiones.
Lo volví a ver unos meses después de camino a otra manifestación, iba caminando con una bandera de algo en la mano y hablando tranquilamente con una chica. Pensé, míralo, no se pierde una el pibe alto de rastas está siempre en las manis.
Escuché un grito, me di la vuelta y vi a 6 agentes empujándolo contra el suelo. No mostró ninguna resistencia, sin embargo varias veces los agentes utilizaron las rodillas para reducirlo (como aquellas que nos escandalizamos cuando lo vemos en EEUU). Le golpeaban la cara contra el asfalto. Al levantarse tenía sangre en la cara y las paletas rota. Todas las personas que estábamos por ahí cerca lo vimos, algunas sacaron fotos, yo he visto fotos de aquel día, así que pruebas hay un rato.
No sé nada de la vida Alberto, solo lo he reconocido cuando lo he visto en la prensa. No compartimos partido, no compartimos gente en común, solo lo he visto en reivindicaciones pacíficas, como hemos hecho siempre aquí. Básicamente porque aquí nos conocemos todos y más allá de quejarnos escribiendo, gritando y caminando no conocemos otra forma.
Alberto en las manifestaciones siempre fue una persona que llamaba la atención, gritona pero pacífica, no podrán sacar ni una imagen de él golpeando a nadie, me juego los dedos.
Por lo que se lo condena hoy es una barbaridad, yo estuve a su lado, yo lo ví, no hubo ninguna agresión. Es un golpe duro para nuestro estado de derecho.
Se llevaron el féretro porque así lo había decidido la familia, ya está enterrado. Luego hubieron protestas. Es increíble la prensa Española cómo siempre ha buscado el odio hacia los argentinos. Con Maradona es un claro ejemplo.
Cuando en el 90 elimnó a Brasil, no fue casi noticia hasta que en semifinales insultó durante el himno. En el 94, desintoxicado y volviendo a ser una figura importante, lo ignoraron hasta que había alguna excentricidad y hasta que dio positivo (por algo que hoy no es ni dopaje). Cuando se hizo entrenador y ascendió con el Dorados la noticia no era el logro conseguido sino el baile que hacía en el vestuario (con ánimo de ridiculizarlo). Y así siempre...
Cómo se nos nota el complejo a los españoles que nunca hemos tenido una persona ídola y querida en el resto del mundo. Quizás nuestra prensa sea solo un reflejo de lo que somos: unos acomplejados envidiosos.
#14 Ya te lo explicó muy bien #20 pero además, creo oportuno aclarar que Cayo Lara es Ingeniero agrónomo, aunque no lo utilice como carta de presentación.