"Yo crecí entre los barrios madrileños de Carabanchel y Aluche. Hijo único en familia monoparental, en mi casa vivimos etapas realmente duras de desempleo y amenaza de desahucio. Pero en todo momento estuve escolarizado en un instituto público con buen nivel académico. Ir al médico era lo que ocurría cuando nos poníamos enfermos; ni nos planteábamos si nos lo podíamos permitir o no. Mi acceso a la universidad fue facilitado por las becas del Estado y, lo que es más importante, sentía que la facultad pública a la que iba era un lugar en el que todos competíamos por igual. Sí, yo tenía que trabajar después de clase, pero no me vi abocado a estudiar en una universidad pública de segunda categoría porque otra privada fuera mejor, como ocurre en Estados Unidos"
Llevo tres meses en Londres, he estado también becada en EE.UU. El otro día discutí con una chica mexicana que tenía la típica imagen de 'España se cae a cachos y es pobre' y le tuve que explicar que la desigualdad que he visto en Londres y en EE.UU (y también viajando por Asia), no la he visto en España. Y algo parecido al párrafo que cito: que siendo de familia de clase media he podido acceder a buena educación y sanidad gratuitas sin tener que plantearme si podía permitírmelo o no. Desafortunadamente mi hermana tiene ahora 18 años y acaba de entrar a la Universidad pagando ya 2.500 euros de matrícula (hace seis años las matrículas rondaban los 600-700 en Madrid).
Justo lo que dice #2: lo mejor que tenemos y lo que se están cargando.
#5 En la parte final del artículo, de hecho, aparece esa crítica:
"¿Vivimos un ‘boom’? Más allá de que al gobierno le interese que nos hagamos emprendedores, por lo que se ahorra en desempleo y se lleva en impuestos, ¿nos vamos a hartar de la promoción en todos los ámbitos (de la escuela a la televisión pública) y del dinero público invertido? En materia educativa, por ejemplo, Verónica del Carpio, abogada y profesora de Derecho en la UNED, considera “inaceptable” que no haya habido debate público al introducir el “tan cacareado espíritu emprendedor” en la primaria. Es lo que ella llama una “moda jurídica interesada”: una tendencia a legislar de acuerdo a un planteamiento que los políticos no te van a contar. En este caso, considera, “el de la precariedad: olvídese de encontrar trabajo estable en una empresa, que no lo va a haber, y o usted se busca un autoempleo asumiendo costes y riesgos o lo lleva claro”.
Yo me he visto en la misma situación este año. Tú demuestras los ingresos que tienes, pero no puedes demostrar ni tus ahorros ni, por ejemplo, que tus padres te den tuppers cuando les visitas los fines de semana y así gastes menos en comida. O que te alimentes a base de pasta, como dice la chica de la noticia. Y es la administración la que decide vía "sentido común" (lo pone en la noticia y es más o menos lo que viene a decir el BOE) si esos ingresos son suficientes para vivir. Si cree que no, entiende que tus padres te ayudan económicamente y no te dan beca.
Con lo cual si tu plan era tirar con tus ahorros y comiendo pasta hasta que te dieran la beca pero el sentido común de la administración entiende que así no es posible vivir y que tus padres te están dando dinero, voilá! Te quedas sin beca.
Las becas del Ministerio son una paradoja detrás de otra.
Pues un minijob ya sería más decente que lo que El Mundo paga por hacer prácticas allí: 25 horas semanales a 360 euros, durante seis meses y, prácticamente, sin ninguna expectativa de quedarse. El minijob entendido como prácticas es mejor que las condiciones que ofrecen muchas empresas (porque en El Mundo son 360 euros, pero hay sitios que te dan 90/100€ o incluso nada). El problema será el de siempre, que esta forma de contratación sustituirá a la contratación digna.
Llevo cuatro años observando el tema de las becas (soy universitaria) y coincido con #90: se hace muy mal uso de ellas. El 90% de la gente que conozco que viene de fuera a estudiar a Madrid tiene piso o residencia pagada por los padres y el dinero de la beca va íntegramente a sus fiestas y vacaciones. Además, los becados por el estado tienen ciertos privilegios que no tienen por qué ser accesibles a los que no somos becados. Por poner un par de ejemplos:
- Las becas de idiomas para el verano, como dice #90, se las llevan los becados. Única y exclusivamente ellos. Que yo estudie en la ciudad en la que vivo y tenga dos padres trabajando, no me convierte en 'pudiente' para pagarme un curso de idiomas durante un mes en el extranjero.
- La beca Erasmus, para los que no recibimos nada de nuestra comunidad (MADRID), ha sido este año de 2000 euros (unos 200 euros al mes). Para los becados por el Estado, eso más 400 euros mensuales. Para los andaluces, fácilmente 1000 euros mensuales.
No es que esté de acuerdo con Esperanza Aguirre (máxime cuando, repito, su Comunidad es la primera que no ha dado un duro por los que nos hemos ido a estudiar fuera...), pero sí es cierto que se lleva antes beca, por poner un ejemplo, un hijo de padres separados que alguien con buenas notas.