Creo que la reflexión es sí se debería hacer desde el perspectivismo (ya que adoptamos perspectivas según las circunstancias que nos rodean).Pero, hay dos vertientes donde profundizar, razonamiento y criticismo, lo que nos hará parar en la trascendencia e inmanencia, no sin antes hojear la epistemología. Además desde el lado antropológico (físico o biológico) deberíamos observar las familias de homínidos (características, relaciones, etc.). Resumiendo, si somos capaces de interrelacionar perspectivismo, razonamiento, criticismo, trascendencia, inmanencia epistemología con alguna o varias familias de homínidos: LO TENDREMOS CRISTALINO.
Ahora bien estimado PasaPollo, Darwin concebía la moralidad como “una adaptación, un instinto social que asegura el bienestar de los hijos, favorece la cooperación entre parientes y transforma un grupo animal en una comunidad” Yo no voy a ser quien le quite la razón.
Y ya que interrelacionas lógica, moral y ley, yo emplearía a la hora de este análisis la Ley como “ley de la atracción” ya que surge como el resultado del sesgo cognitivo o más bien sesgo social, lo que produce esa irracionalidad o principio de razón suficiente (según se entienda). No emplearía la Ley como norma jurídica, ya que de ser así deberíamos anexar Justicia (virtud) y según Santo Tomas de Aquino “La justicia está en una facultad apetitiva y al no poder radicar en el apetito sensible, reside en el apetito racional, es decir, en la voluntad”.
Pero, ¿nos hemos parado a pensar que estos casos pueden ser origen de un apetito sensitivo? Y aquí entras tú PasaPollo ya que el acto del apetito sensitivo se asemeja a la sensación de ser arrastrado. ¿Sería imputable una persona por estos actos?
Lo del bien y el mal, tiene dos variantes una metafísica (el bien es la realidad) y otra subjetiva (el bien es lo deseado o lo que gusta) y llegados a este punto que cada uno saque su conclusión.