A pesar de que algunos lo hayan catalogado como “apología a la zoofilia” y el primer amor de Tarzán fue Teeka, era una simia Tarzán supo ir más allá de la crítica convencional y pasar al subconsciente colectivo y la memoria histórica, y personajes como Chita, Numa, Tantor o Dango nos acompañarán como raza humana hasta mucho después de que hayamos obtenido el reposo eterno.