A ver, los toros son muy reprobables por razones que ya se han advertido aquí. Pero ello no justifica la alegría o indiferencia con que algunos toman que un chaval de 14 años haya sido herido gravemente.
Repito. Toros: no; alegrarse de desgracias ajenas: tampoco.
Joder, es un chaval de 14 años. Un poco de consideración. ¿Acaso a esa edad uno sabe valorar los peligros de una actividad? Ni se lo merece, ni creo que supiera cuál era el riesgo. La reprimenda, a sus padres.
Repito. Toros: no; alegrarse de desgracias ajenas: tampoco.