Lo que ha dicho ese hombre, si lo oigo en una tasca de carretera no me merecería más que un suspiro de resignación y una mirada al techo. Pero si lo dice el señor alcalde electo de Valladolid, y no es reprendido por los responsables de su partido, me parece gravísimo. Ojalá le cueste el voto de todas las vallisoletanas, a hora que saben cómo piensa este hombre sobre ellas.