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David Alandete es corresponsal de ABC en Washington. Previamente fue director adjunto del diario El País. Nació en Algemesí (Valencia) en 1978. Se licenció en Comunicación Audiovisual en 2000 por la Universidad de Valencia con Premio Nacional de Final de Carrera.

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Hola, soy David Alandete, autor del libro ‘Fake News, la nueva arma de destrucción masiva’. Pregúntame [96]

  1. #10 Esta es la pregunta del millón. Los desinformadores se amparan en la libertad de expresión para difundir sus realidades alternativas. Y es mejor no prohibir medios ni noticias, porque es una práctica que abre caminos muy oscuros.

    Los lectores comparten información por un efecto psicológico estudiado por el MIT y del que te recomiendo encarecidamente que leas aquí: news.mit.edu/2018/study-twitter-false-news-travels-faster-true-stories

    Añado un factor a tu planteamiento: la responsabilidad de las plataformas de distribución como Facebook o Google. Son compañías multimillonarias con algoritmos que saben lo que vas a hacer antes de que lo hagas. ¿No podrían invertir más tiempo y recursos en trabajar en algoritmos que, atendiendo a los estudios psicológicos, permitan degradar las noticias falsas en sus plataformas? Creo que es posible pero que no han hecho su trabnajo.
  1. #9 En el libro me centro en Rusia por su papel en varias crisis europeas, sobre todo el Brexit y la elección de Trump. Es cierto que todas las potencias tienen su propia maquinaria de desinformación y la ponen al servicio de sus propios intereses.

    La pregunta es: ¿qué límites tiene ese uso? ¿Con quién compite esa desinformación? La salud de los medios en EE.UU. y Reino Unido es excelente. Son cabeceras de gran prestigio las que han revelado los hilos de la desinformación en ambos países. Fíjate: en ambos países hay medios muy muy críticos con Trump, el Brexit, Theresa May, Obama, Cameron, Corbyn, la UE, la OTAN...

    ¿Cuántos medios son críticos con el poder en Rusia? ¿Sabes que casi un centenar de periodistas ha muerto en Rusia desde la caída de la URSS? Algunos a tiros en la calle. ¿Has leído alguna vez una información crítica con Putin en RT y Sputnik? Este es más su estilo: actualidad.rt.com/actualidad/275383-putin-felicitar-dia-rusia
  1. #5 Lo siento, pero una afirmación como "los periodistas de los medios siempre habéis contado mentiras, medias verdades y tergiversaciones" es un juicio de valor. Puedes ser crítico con un medio u otro y lo respeto. Pero la prensa en general ha servido desde siempre para exponer hechos e informar a la ciudadanía de modo que esta pueda tomar decisiones informadas. Los medios de siempre han revelado informaciones como:
    - El espionaje de Nixon en el Watergate
    - Las mentiras del uranio en la Guerra de Irak
    - Los abusos a prisioneros en Guantánamo
    Denigrar a los periodistas en general es una forma de aceptar que nadie hace su trabajo y por lo tanto cualquiera puede informar a la sociedadm incluidos medios de propaganda.
  1. #4 La propaganda ha existido siempre. La guerra de Cuba comenzó en 1898 con un ejercicio de propaganda en el cual los tabloides de Joseph Pulitzer culparon a España de bombardear el USS Maine, que había estallado por accidente, para iniciar una guerra en Filipinas. Tanto EE.UU. como la URSS invirtieron mucho dinero en propaganda en la Guerra Fría.
    La desinformación es diferente. Es la difusión digital de noticias que bien son falsas o bien están manipuladas para servir intereses políticos o comerciales y que toman la apariencia de informaciones al uso, discfrazadas de noticias normales. Te recomiendo este informe del Parlamento Británico sobre Fake News, la mejor obra sobre este asunto, con diferencia. publications.parliament.uk/pa/cm201719/cmselect/cmcumeds/1791/1791.pdf
  1. #3 Hay varias consideraciones importantes, creo, desde el punto de vista de un periodista que cubre la Casa Blanca hoy.

    1.- Nos manejamos con muchas noticias de fuentes sin atribuir que reflejan estados de ánimo o intenciones de Trump. Recuerdo que en campaña de elecciones parciales el presidente prometió acabar con el derecho al asilo, reducir los supuestos de concesión de nacionalidad y bajar los impuestos un 10%. No hizo nada de eso, ni creo que lo haga. El caso de la tortura es lo mismo: un mensaje a sus bases sin traducción real.

    2.- EE.UU. comenzó a practicar la tortura a detenidos en la guerra contra el yihadismo en 2002 con George W. Bush. En Guantánamo asistí a una sesión de un juicio militar donde se explicaron algunas prácticas realmente lesivas para el estado de derecho, como el ahogamiento fingido, que me parece un abuso indigno de una democracia. El Gobierno norteamericano mantiene que ese tipo de tortura, que Obama intentó prohibir al llegar a la Casa Blanca, se produjo siempre fuera de suelo norteamericano y es cosa del pasado. Eso no lo justifica y creo que no se rindieron las cuentas necesarias por un abuso de semejante magnitud.
  1. #2 Es curioso cómo la búsqueda en Google establece la biografía de una persona hoy en día. Eso es un elemento fundamental de la desinformación. No lo digo aplicado a mi caso, que es menor, sino en general. Los algoritmos no incluyen variables que sólo un ser humano puede tener en cuenta: falsedades, ironía, parodia.
    Creer a pies juntillas lo que revela una simple búsqeda de Google puede facilitar la perpetuación de la desinformación. Por ejemplo: en el libro trato la crisis del futbolista ucraniano Román Zozulya. Le acusaron de nazi por llevar una camiseta con el escudo de su país y por haber hecho el servicio militar. Cuando entrevisté al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, me dijo que aquel era un ejemplo de libro de cómo la desinformación rusa y la mala praxis de los medios españoles había facilitado otro ataque a Ucrania.
    Buscad a Zozulya en Google: en los primeros puestos, noticias de Sputnik que le acusan de ser nazi. www.google.com/search?q=roman+zozulya&oq=Roman+Zozulya&aqs=chr
  1. #1 Hola Javier, te invito a leerlo y decidir por ti mismo. Cuenta con 158 notas al pie y cientos de ejemplos en los que se apoyan todas las afirmaciones sobre la injerencia de los medios de desinformación rusos en Europa y Estados Unidos. Entiendo el escepticismo de algunos lectores sobre este problema, pero sólo te invito a leer las abundantes afirmaciones de altos funcionarios y militares rusos sobre el asunto. En especial te recomiendo una entrevista de Margarita Simonián, la directora de los medios públicos rusos RT y Sputnik, al diario Kommersant, titulada «No existe la objetividad», en la que se expresa en términos abiertamente militares:
    Pregunta: ¿Por qué necesita esto el país? ¿Por qué debería el contribuyente apoyarlo?
    Respuesta: Bueno, por la misma razón por la que el país necesita un Ministerio de Defensa. ¿Por qué usted, como contribuyente, lo necesita?
    Pregunta: ¿De verdad? ¿Estamos en guerra con alguien en este momento?
    Respuesta: En este momento no estamos en guerra con nadie. Pero en 2008 estábamos en guerra. El Ministerio de Defensa estaba en guerra con Georgia, y estábamos llevando a cabo una guerra informativa, y lo que es más, contra todo el mundo occidental. ¡Es imposible comenzar a fabricar las armas solo cuando la guerra ya comenzó! Es por eso que el Ministerio de Defensa no está en guerra con nadie en este momento, pero está listo para defenderse. Ahí entramos nosotros.
    Más entrevistas de Margarita Simonián sobre las funciones de RT fueron publicadas por Kommersant («Нет никакой объективности», 07/04/2012) y Lenta («Не собираюсь делать вид, что я объективная», 07/03/2013).

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