Lo más grave a mi parecer es que todavía millones de personas creen que su voto vale para determinar las leyes que rigen en sus vidas cuando en realidad quienes rigen en sus vidas son los intereses privados de las grandes compañías, ya sean nacionales o extranjeras.
Votar cada cuatro años no es democracia, y menos aún lo es votar cada cuatro años para que ese voto de alas a quienes actúan en contra de los intereses del pueblo.
El Parlamento, en la actualidad, no es la representación del pueblo. Cuando una ley beneficia a los ciudadanos, no es porque lo busque sino porque es el resultado colateral de una acción que simplemente buscaba el lucro de una minoría.
Votar cada cuatro años no es democracia, y menos aún lo es votar cada cuatro años para que ese voto de alas a quienes actúan en contra de los intereses del pueblo.
El Parlamento, en la actualidad, no es la representación del pueblo. Cuando una ley beneficia a los ciudadanos, no es porque lo busque sino porque es el resultado colateral de una acción que simplemente buscaba el lucro de una minoría.