#14 Esa pregunta me mola mucho, porque a menudo me la hacen en Twitter. En 2013, el diario El Mundo publicó que años atrás hice trabajos para UGT-Andalucía desde la agencia de comunicación tuve durante un tiempo (además de trabajar en FACUA, desde los 18 años también he trabajado escribiendo como freelance en varios diarios y revistas, he sido tertuliano... y cuando era adolescente trabajé de vigilante en un colegio).
En 2013, el diario El Mundo publicó que UGT-Andalucía utilizó irregularmente algunas de las facturas que emití al sindicato por los trabajos que les realicé para justificar subvenciones otorgadas por la Junta de Andalucía. El periódico no dijo en ningún momento que yo hubiera cometido ninguna irregularidad, pero un señor llamado Luis Pineda, que en los años 80 lideraba una banda terrorista de ultraderecha y que después montó un negocio jurídico y editoral financiado por la banca que se hace pasar por asociación de consumidores llamado Ausbanc cogió la noticia e inventó que yo emitía facturas falsas. La factura que reprodujo El Mundo no incluía mi DNI, lo que según Pineda era la prueba palpable e incuestionable de que yo incurría en fraude fiscal, era un ladrón, un corrupto y mi sangre contiene el virus que provocará el apocalipsis zombie. La cosa es que mi DNI no aparecía en la factura que publicó el periódico porque el periodista lo borró, por política de protección de datos.
A partir de ahí, el señor de Ausbanc montó una campaña de difamación contra mí y contra FACUA que incluyó desde la publicación de más de 600 tuits desde su cuenta @LuisPineda_ (sí, está pelín obsesionado conmigo) hasta la contratación de una campaña publicitaria en Sevilla (donde vivo), Málaga (donde antes vivía la que ahora es mi esposa) y Jaén (donde hay muy buen aceite de oliva) mediante la que llenó las calles de carteles con mi cara, distorsionada (me parecía bastante a Khal Drogo) presentándome como un delincuente buscado por la policía, pasando por decenas de… » ver todo el comentario
#14 Esa pregunta me mola mucho, porque a menudo me la hacen en Twitter. En 2013, el diario El Mundo publicó que años atrás hice trabajos para UGT-Andalucía desde la agencia de comunicación tuve durante un tiempo (además de trabajar en FACUA, desde los 18 años también he trabajado escribiendo como freelance en varios diarios y revistas, he sido tertuliano... y cuando era adolescente trabajé de vigilante en un colegio).
La asociación ha denunciado ya a la Telefónica de España ante la la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones (Setsi) y la Dirección General de Consumo de la Comunidad de Madrid, donde la compañía tiene su sede social.
En 2013, el diario El Mundo publicó que UGT-Andalucía utilizó irregularmente algunas de las facturas que emití al sindicato por los trabajos que les realicé para justificar subvenciones otorgadas por la Junta de Andalucía. El periódico no dijo en ningún momento que yo hubiera cometido ninguna irregularidad, pero un señor llamado Luis Pineda, que en los años 80 lideraba una banda terrorista de ultraderecha y que después montó un negocio jurídico y editoral financiado por la banca que se hace pasar por asociación de consumidores llamado Ausbanc cogió la noticia e inventó que yo emitía facturas falsas. La factura que reprodujo El Mundo no incluía mi DNI, lo que según Pineda era la prueba palpable e incuestionable de que yo incurría en fraude fiscal, era un ladrón, un corrupto y mi sangre contiene el virus que provocará el apocalipsis zombie. La cosa es que mi DNI no aparecía en la factura que publicó el periódico porque el periodista lo borró, por política de protección de datos.
A partir de ahí, el señor de Ausbanc montó una campaña de difamación contra mí y contra FACUA que incluyó desde la publicación de más de 600 tuits desde su cuenta @LuisPineda_ (sí, está pelín obsesionado conmigo) hasta la contratación de una campaña publicitaria en Sevilla (donde vivo), Málaga (donde antes vivía la que ahora es mi esposa) y Jaén (donde hay muy buen aceite de oliva) mediante la que llenó las calles de carteles con mi cara, distorsionada (me parecía bastante a Khal Drogo) presentándome como un delincuente buscado por la policía, pasando por decenas de… » ver todo el comentario