Los gustos musicales están relacionados con la composición matemática de la música. La canción que consiga dentro del cerebro formar inconscientemente el algoritmo matemático más complicado es la que más nos gusta.
Las personas con menor capacidad intelectual tenderán a gustar más de canciones simples, en una buena parte de los casos, de canciones infantiles. Las personas con una capacidad cerebral más desarrollada tenderán a gustar de canciones con patrones más complicados, ya que su cerebro puede puede asimilar algoritmos más complejos.
Y aún así, una persona con más capacidad y otra con menos, podrán disfrutar de la misma canción, pero la misma canción puede estar formando algoritmos más sencillos en la mente menos capacitada, y algoritmos más complicados en la mente de mayor capacidad.