#56 Sin duda lo es. Es cierto que el primer filtro es el más débil (el médico que debe tomar en serio la dolencia y diagnosticar), así como las largas colas de espera donde sin duda los recortes están haciendo mella.
Pero una vez estás diagnósticado y hay que correr, la cosa cambia considerablemente. No hay burocracia, no hay puertas, no hay filtros. Es, en su gran parte, preocupación, cuidados, empatía y una disposición absoluta por salvarte y ayudarte (especialmente si eres alguien joven con probabilidades). No se escatima en gastos. Ningún seguro se pone por encima del médico. Y tú no tienes que agobiarte por cómo pagar.
Mil veces he pensado cómo hubiera sido todo si yo tuviera que pagar, el infierno habría sido máximo. Así que tener una sanidad como la que tenemos es algo supervalioso, y cuando la cosa se pone negra, lo ves.
Pero quizás ahí está la cuestión: de habérselo diagnosticado, la maquinaria se hubiera puesto a tope. Y cuando la ves a tope, el discurso inevitablemente cambia.
Es una mierda que haya retrasos o errores en el diagnóstico, y aquí es donde entra en juego los políticos a quienes votamos. Porque lo cierto es que cuando se te caza la enfermedad, te das cuenta de que esta sanidad es de lo mejor que tenemos, ya que van a curarte. De todas las maneras posibles.
Diría que en muy pocos países del mundo ocurre algo así. Y eso que debería ser uno de los derechos universales (el acceso a la sanidad gratuita, pública y de calidad).
#19 Siempre tengo la sensación de que quienes soltáis eso de que la sanidad pública es una mierda o va fatal es porque tenéis la gran suerte de no haberla necesitado jamás. Necesitado de verdad, entiéndeme.
Porque en este país, cuando tienes algo serio de verdad, y con serio me refiero a esas enfermedades que te dejan el culo bien apretado, todo el mundo corre que se las pela. Y no se escatima en gastos, a pesar de que haya mejores o peores profesionales. Y por suerte, quienes pasamos por ahí, por el momento más jodido de la vida, tenemos la tranquilidad de no tener que andar haciendo cábalas financieras. Curarnos (o que se cure el tuyo) es la única preocupación. Y te das cuenta de que la mayoría de profesionales están muy lejos de "estar defectuosos".
Y si me estoy colando y sí las has pasado putas, disculpa mi atrevimiento. Pero cuando tienes el agua al cuello y ves todo un sistema volcado en cuidarte, es muy difícil no estar profundamente agradecido.
¿Conocéis a Carlos González? Bueno, este tipo es un pediatra que hace unos veinte años adquirió mucha repercusión porque fue de los primeros pediatras que en las redes defendió abiertamente, y con ciencia, la lactancia materna (hace 20 años muchos pediatras y matronas aún se empeñaban en meter el biberón), el colecho (dormir con el bebé), el respeto en el parto, el piel con piel, educar sin pegar, etc. En resumen, muchas ideas que ahora tenemos asentadas, pero que en aquel entonces todavía había que pelearlas.
La cuestión es que es un tío apañao y muchísima gente le tomó como su gurú. Vale, no pasaba nada, era un tío sensato. Hasta que de pronto, un día, saca un libro en el que habla de las vacunas y resulta que el tipo, que hasta ahora había parecido como muy alternativo (con respecto a las ideas de aquel entonces) ¡era provacunas! Totalmente provacunas. Y no solo volvía a explicarlo con ciencia, sino con su experiencia como médico en ciertos lugares de África donde vio muchos niños morir por sarampión.
No queráis saber cómo ese hombre, hasta entonces idolatrado por muchos, se convirtió en satán para esos mismos sectores. Daba miedo presenciarlo. Cómo la gente podía pasar del amor a la ira más irracional solo porque no decía aquello que querían oir. Insultos, cancelaciones, boicots a sus libros...
En fin. Digno de estudio. Por suerte para el médico, no lo llevó muy mal. Se mantuvo en sus trece y repitió aquello que la misma ciencia que avala la lactancia materna, avala las vacunas.
#2 Bueno y que los estadounidenses, en general, repudian la idea de una sanidad pública porque creen que sería de malísima calidad. Tienen la idea de que los médicos serían matasanos, los hospitales estarían sucios, las largas esperas los matarían, etc. Así que ni ellos mismos luchan por conseguir un sistema que les salvaría la vida.
Yo alucino cuando veo vídeos de gente realmente enferma (cánceres y demás) teniendo que lidiar con seguros abusivos y problemas financieros. Y aun así, lo consideran la mejor opción. Es que hay veces que los seguros rechazan tratamientos que los médicos prescriben, tratamientos necesarios. Y nada. A joderte.
#64 Pero de dónde te sacas tú que los hombres están adquiriendo roles típicamente femeninos y las mujeres no. ¿Del estudio ese? ¿O de tus paseos por ferreterías?
Porque, en primer lugar, son dos tareas tan incomparables que, permíteme decirte, aún me asombra que haya gente que las traiga a un debate serio. Y en segundo, actualmente, fuera del ámbito profesional, no es que las mujeres pasen de esas tareas (que no sé, será en tu casa) es que los hombres también. Más allá de las chorradas básicas (cambiar bombillas, llevar el coche al taller, apretar un grifo que gotea), lo demás cada vez se externaliza más. Y de verdad, no tengo ni una amiga o compañera a la que su marido "le tenga" que llevar el coche al taller. Eso pasaba hace 60 años, cuando las mujeres no conducían.
Y en segundo, mucho le falta al género masculino todavía para equipararse a la mujer en las tareas diarias (un montón de estudios tienes sobre esto, si es que te molan). Pero también puedes darte una vuelta a la salida de un colegio, por un parque una tarde de entre semana, al centro de salud una mañana de otoño, una reunión de padres del colegio, tiendas de ropa de críos... Y ya me hablas de porcentajes de género. (Que no quita que sea cierto, y esté de acuerdo, que cada vez haya más hombres implicados, pero aún estamos muy lejos de un 50-50 %).
A las mujeres se las secuestró la vida con las tareas del hogar, se las jodió a base de bien mientras los hombres prosperaban o, cuanto menos, tenían la oportunidad. No sé cómo se pueden equiparar las tres manualidades al mes a toda esa carga de tarea que ni un puto día libre tenía. Sinceramente, como mujer que te pone cuadros, te aprieta grifos y te cambia ruedas te digo que equipararse a esas tareas "tipicamente masculinas" está chupao.
#33 ¡Pero que bricomania! Que lo cuentas como si los tíos hubieran nacido con un martillo bajo el brazo y se pasaran la vida haciendo arreglos aquí y allá. Que es llegar de currar y, ale, a ponerse a arreglar enchufes, hacer agujeros, levantar vigas, construir un pared... Todos los días, hasta la hora de la cena. Incluidos los fines de semana.
Si encima actualmente hombres y mujeres pasan cuatro narices de las bricomanias: se rompe compro otro.
Y me vas a comparar llevar una casa diariamente con dar dos martillazos una vez a mes en el mejorcísimo de los casos.
Y me encanta lo de "incluso cría hijos". Menuda locura, ¿eh? Un tío criando a sus propios hijos, ¡hasta donde piensa llegar el feminismo!
#14 Tío, cambiar la bombilla: 3 minutos un par de veces al año (y me extiendo).
Hacer agujeros con el taladro: 10 minutos (dos o tres veces al año).
Llevar al coche al taller (1 hora y lo que le toque quedarse, pongamos 2 veces al año fuera de extras: revisión y ITV).
No sé, que lo cuentas como si cada mañana salieses a salvar el mundo.
¿De verdad lo estás comparando con las tareas de género de una mujer? Pero obviando esto, si en la época actual tú pareja no es capaz de llevar a cabo estas tareas por sí misma, creéme, el problema no tiene que ver con los roles de género.
#19 Si no has visto ninguna, haces bien. Hazme caso, no lo necesitas.
Son malas a todos los niveles. Guiones ridículos (por no utilizar palabrotas), mal actuadas, todos los clichés casposos, sin ningún cariño por el producto... Y que sean para niños no significa que tengan que ser basura, los niños también se merecen buen cine (y afortunadamente lo hay).
Y para hablar de cine, con Santiago Segura. A ver cómo defiende su saga de "Padre no hay más que uno" que dan tantísima vergüenza ajena que ni siquiera entiendo cómo puede salir a la calle después de rodarlas.
Aquí más de un casero ya está cogiendo ideas. ¿Para qué alquilar por habitaciones si puedes llenarlas de cápsulas y meter a treinta personas? ¿Cuántas capsulas de esas caben en un zulillo de 30 metros?
No lo estoy diciendo yo, lo estás dciendo tú. Llevas varios comentarios poniendo en mi boca palabras que no digo, exagerando e "ironizando" para ridiculizar mi primer mensaje el cual no eres capaz de debatir de una forma normal y sana. ¿Por qué? Supongo que porque cuando no se tienen argumentos, solo queda el de intentar callar al otro.
Que TODOS los hombres sois gañanes violadores ha salido de ti, no de mí.
Pero ese es tú problema, no el mío. A mí me daría vergüenza, con más de siete años, entrar a una plataforma de debates y noticias y comportarme así. Pero a ti, por lo visto, te hace sentirte divertido y supercañero. Y no. De verdad no.
#44 El castigo no es ser mujer, el castigo es que muchos hombres todavía se creen que tienen ciertos privilegios. Y algunos, además, tenéis el cuajo de negarlo o, aún peor, de soltar que vosotros también sufrís mucho dolorcito.
#25 Seguro que sí. Seguro que a lo largo de tu vida varias mujeres te han restregado cebolleta en el metro; o cuando caminabas solo por la calle te han mirado y han hecho un gesto de que te la mamaban; o se han sentado en el bus y te han rozado, varias veces, como sin querer; o cuando eras adolescente seguro que grupos de treintañeras fumando en la puerta de una peluquería te silbaban y decían cosas que avergonzaban tu cuerpo cambiante; seguro que cuando vuelves solo a casa y en un lugar solitario ves un grupo de tres chicas fumando o hablando se te pone el corazón a mil, bajas la cabeza y finges hablar por el móvil para que no te digan nada; seguro que en el insti tus compañeras se rascaban el coño delate de ti y si sin querer cruzabas la mirada te preguntaban si querías; seguro que en tu hay manadas de mujeres violan hombres.
Pero una vez estás diagnósticado y hay que correr, la cosa cambia considerablemente. No hay burocracia, no hay puertas, no hay filtros. Es, en su gran parte, preocupación, cuidados, empatía y una disposición absoluta por salvarte y ayudarte (especialmente si eres alguien joven con probabilidades). No se escatima en gastos. Ningún seguro se pone por encima del médico. Y tú no tienes que agobiarte por cómo pagar.
Mil veces he pensado cómo hubiera sido todo si yo tuviera que pagar, el infierno habría sido máximo. Así que tener una sanidad como la que tenemos es algo supervalioso, y cuando la cosa se pone negra, lo ves.
En fin. Ojalá nunca la perdamos.