En la Plaza de las Salesas hay gente viviendo. Un poco más allá, al principio de Barquillo, siempre hay una chica que no sé exactamente dónde vive. La estampa, por muy habitual que sea, parte el alma. Son las entrañas de un sistema podrido.
Leo varios comentarios en los que se especula sobre la posibilidad de convertirnos en esclavos pero ya fuimos esos esclavos hace unos años, cuando vinieron a España esas grandes empresas que ahora se desmantelan porque la mano de obra barata está en otros sitios. Ya fuimos esa mano de obra barata para la multinacionales y seguimos teniendo en España un índice de economía sumergida desorbitado que oculta situaciones de explotación más cotidianas de lo que nos gustaría creer.
Comparto la idea de que si bien el consumo de estos productos no ayuda, los responsables son las marcas que quieren aumentar su margen de beneficio a toda costa. Al final, los trabajadores tienen que comer y es el pagador el que se encarga de apurar al máximo y en su propio beneficio las condiciones, con la amenaza de que siempre habrá alguien que lo haga más barato.
A mí no me gusta el titular de la noticia. Qué manía con trivializar una enfermedad con la anorexia relacionándola con el bikini y con la sociedad, como si no hubiera más factores que terminan alumbrándola. Con investigar un poquito podemos darnos cuenta de que, por desgracia, no es tan simple. Ojalá lo fuera.
Vamos, hombre, cualquiera que viera el programa aquel día sabe que ella era totalmente consciente de lo que hacía. Qué vergüenza. Lo peor es que deja en la estacada a la familia que le acogió durante el tiempo que grabó el reportaje.
A mí lo que me parece lamentable es que critique que se queden con el dinero sólo de los actores. Ya que se pone en plan portavoz, podría denunciar las condiciones laborales de guionistas, eléctricos, cámaras, reporteros...,. En fin, que esto parece una pataleta lamentable.
Si lees el Decreto, en el artículo 11 se expresa: "Cuando así se requiera para el adecuado desarrollo del espectáculo público, la actividad recreativa o el correcto uso de las instalaciones o servicios de que dispongan los establecimientos, los titulares de los establecimientos y los organizadores de espectáculos públicos y actividades recreativas podrán fijar normas particulares vinculadas a la actividad así como instrucciones de uso de las instalaciones y servicios de que dispongan.
Estas normas o instrucciones se harán públicas mediante un cartel que cumpla las prescripciones establecidas en el presente Decreto, sin que ello suponga, en ningún caso, un ejercicio indebido del derecho de admisión al propio establecimiento".
En este punto, los cines en este caso piden que se palique una norma particular y se les concede. Cualquier cine de la Comunidad que tenga visado el derecho de admisión para la comida tiene que tener un cartel que lo indique, sellado por el organismo oficial. Y los hay. En Elche, sin ir más lejos.
En la Comunidad Valenciana es la Generalitat la que autoriza a los cines a tener el derecho de admisión de los alimentos comprados fuera del cine. Es decir, que aquí es legal que los cines prohíban entrar comida de fuera siempre y cuando la Generalitat Valenciana vise el certificado, y lo hace siempre.
Yo, ilicitana y compradora de DVD's originales (nadie es perfecto), me alegro de la apertura. Que alguien me diga un solo comercio de Elche en el que se puedan comprar películas en DVD, su catálogo supere los cincuenta títulos y vaya más allá de las consabidas novedades. En el Carrefour y en el Eroski las secciones correspondientes son caóticas.