Soy un súbdito para el Rey,
un contribuyente para Hacienda,
y uno de cada cuatro años,
un votante para la política,
porque vivo en monarquía.
Soy un pirata para la SGAE,
un perroflauta para los media,
un palomo para la banca y
un internauta para la Cultura,
porque tengo curiosidad.
Soy un ocupante de la calle,
una molestia para la alcaldesa,
un manifestante para la policía y
un peligro para la seguridad,
porque no me gusta lo que veo.
Soy un gasto para la Sanidad
un paciente en la lista de espera,
una carga para el Gobierno, y
un coartada para los políticos,
porque no me sirven estando a mi servicio.
Una piraña para los tiburones,
un endeudado para el capital,
y un aval para la deuda del Estado,
porque tengo cuatro Euro.
Soy un residente para el alcalde,
un habitante de la Comunidad,
un administrado para el Gobierno
una molestia para los vecinos,
porque estoy vivo y aún no me he muerto.
Soy un gentil, un infiel y un pagano
para según qué creyentes,
soy un ateo, para los bien pensantes,
soy un apóstata en la parroquia
y un condenado para la Iglesia,
porque no comulgo con sus predicados.
Soy una línea en el censo,
un número en las estadística
un propietario para el catastro
y un infractor para tráfico.
Soy el la víctima en el siniestro,
el asegurado para las reclamaciones,
el cliente para los vendedores,
el usuario para los servicios y
quien siempre, repito siempre,
paga los plato rotos.
Soy un súbdito para el Rey,
un contribuyente para Hacienda,
y uno de cada cuatro años,
un votante para la política,
porque vivo en monarquía.
Soy un pirata para la SGAE,
un perroflauta para los media,
un palomo para la banca y
un internauta para la Cultura,
porque tengo curiosidad.
Soy un ocupante de la calle,
una molestia para la alcaldesa,
un manifestante para la policía y
un peligro para la seguridad,
porque no me gusta lo que veo.
Soy un gasto para la Sanidad
un paciente en la lista de espera,
una carga para el Gobierno, y
un coartada para los políticos,
porque no me sirven estando a mi servicio.
Una piraña para los tiburones,
un endeudado para el capital,
y un aval para la deuda del Estado,
porque tengo cuatro Euro.
Soy un residente para el alcalde,
un habitante de la Comunidad,
un administrado para el Gobierno
una molestia para los vecinos,
porque estoy vivo y aún no me he muerto.
Soy un gentil, un infiel y un pagano
para según qué creyentes,
soy un ateo, para los bien pensantes,
soy un apóstata en la parroquia
y un condenado para la Iglesia,
porque no comulgo con sus predicados.
Soy una línea en el censo,
un número en las estadística
un propietario para el catastro
y un infractor para tráfico.
Soy el la víctima en el siniestro,
el asegurado para las reclamaciones,
el cliente para los vendedores,
el usuario para los servicios y
quien siempre, repito siempre,
paga los plato rotos.