#17 cuando llegue el comunismo, lo que me quitarán son las flores del cráneo. Un arqueólogo.
El capitalismo ya me las está quitando, como todos sabemos.
#9 claro. Las tengo que proteger yo. Por eso meto el dinero en vivienda, subo el precio y solo alquilo a funcionarios.
Y de paso doy las gracias a gente como tú, que es la que me hace ganar mucho más de lo previsto.
#7 cuando tengamos un gobierno global, en un mundo sin fronteras, que no me parece mal del todo, lo hablamos. Entre tanto, pensemos como adultos, por favor.
La meritocracia, en caso de funcionar, perjudica a los pobres. Extrae el talento de las clases bajas para descabezarlas e impedir que mejoren su situación mediante la lucha. Absorbe a sus posibles líderes.
Que habría pasado si en vez de perseguir a Lenin le hubiesen dado un ministerio?
#45 yo estoy de acuerdo contigo. No me interpretes mal.
De hecho, los españoles nunca conquistamos América. Fue un grupo ínfimo de españoles, mientras mis tatarabuelos, y probablemente los tuyos, segaban trigo y ordeñaban ovejas.
#4Así, por ejemplo, una comunidad que, como la Judía, representaba, numéricamente, entre el 0,5 y el 0,7 % (según las épocas) del total de la población, daba un porcentaje de 7,4 % entre los magistrados de todo el país, de ellos doce presidentes de Audiencias Territoriales y de Senados, 109 Magistrados de Tribunales Supremos y altos funcionarios de Audiencias Territoriales. En Berlin, en 1925, los médicos judíos totalizaban el 47,9 %; los abogados el 50,2 %; los farmacéuticos, el 32,2 %; los actores y directores de escena, el 13,5 %; los dentistas, el 37,5 %, los redactores de periódicos el 8,5 %. Los alemanes alegaban que esa preponderancia se había conseguido por medios desleales; los judíos, naturalmente, lo negaban.
Si niegas ciertas actitudes sospechosas, en cualquier época, es discurso de odio.
Es como decir que los italianos controlaban en América el alcohol durante la ley seca. Es discurso de odio.