De tanto conflicto social no vamos a sacar más que odio y rechazo. Unos y otros se agarran con fuerza a símbolos que son de todos, y al hacerlo marcan el blanco del odio, con lo cual acabamos todos por perder algo que es nuestro. Suerte de aquél que nació por entero en uno de sus bandos, que tiene todos sus amores a un lado de la frontera. Podrá odiar sin temor a perder nada.