Es esperanzador saber que aún existe la posibilidad de vivir sin los bancos. Que el miedo que infunden desde sus medios afines, osea la mayoría, es simplemente una manera de que nada cambie. Por más que les duela a algunos. Hay esperanza, sólo falta valor.
No se ha traducido en ningún sitio el artículo. Simplemente se ponen algunos párrafos. Hay mucha gente que no sabe inglés, como es mi caso, o al menos no para leer un artículo de The Economist. Por eso me pareció útil.